El artista uruguayo Julio Bauzá, afincado en Ibiza desde hace cuarenta años, expone hasta el próximo 8 de enero en la sala de cultura Can Jeroni de Sant Josep una serie de 24 pinturas bajo el título Geometrías y caligrafías.
La exposición se divide en dos partes. Por un lado, hay cuadros más pequeños que son collages de caligrafías de documentos antiguos e imágenes de dibujos de un estudiante de Bellas Artes recogidos en el Rastro de Madrid y por otro, cuadros más grandes con collages de telas y maderas.
Julio Bauzá explicó a PERIÓDICO de IBIZA Y FORMENTERA que «su obra ha evolucionado hacia un estilo más plano, en donde no hay tanto relieve y prescindiendo de elementos». Esto le ha facilitado, según sus palabras, «trabajar con líneas geométricas con un ejercicio de más precisión y, depurar su obra abstracta».
Amplia trayectoria
Bauzá también recordó que llegó hace cuarenta años a Ibiza, «por puro azar», quedando fascinado con la paz y la tolerancia de sus habitantes «que hacía que la vida fuera muy agradable y propicia para crear».
Desde entonces ha abarcado muchos campos. Comenzó con la cerámica, «en los años en que la gente apreciaba la artesanía como contraste con la producción industrial», siguió en los 80 con la escultura de hierro y teniendo como mentor a Julio González, uno de los grandes maestros de la escultura en hierro, y más tarde a partir de los 90, «sintió la necesidad de trabajar en plano, aunque fue muy difícil quitar el volumen debido a su trabajo anterior».
Todo ello, unido a que estudió mucho las Primeras Vanguardias y recibió influencias de Max Bill y la Bauhaus debido a que entró a estudiar arquitectura «con un plan nuevo basado en esta escuela alemana con la introducción del diseño industrial», le ha permitido tener un estilo muy personal.
Actualmente, sigue depurando su técnica y después de la exposición de Can Jeroni tiene preparada otra que presentará en la galería Melvin de Madrid, paralelamente a la feria Arco. En ella mostrará una serie que ha titulado Intervenciones concretas, «basada en la obra del artista ruso Kazimir Severínovich Malévich, Blanco sobre blanco, aunque ampliando la paleta de colores».