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«Por la memoria de quien nos precedió y por el futuro de nuestra democracia Xicu Lluy daría a saco a la extrema derecha con su pluma»

Elena González, viuda del conocido periodista e investigador ibicenco al que están dedicadas las jornadas que comienzan hoy, repasa su trayectoria

Xicu Lluy en una imagen de archivo. | ARCHIVO

| Ibiza |

El ibicenco Francesc Lluy Torres, Xicu Lluy (Eivissa, 1963 - 2012) fue de los periodistas que más ha investigado sobre la historia contemporánea de las Pitiusas. Conocido por trabajar en distintos medios de comunicación a lo largo de su carrera, ser corresponsal y participar en distintos documentales, Lluy será recordado, además de su pasión por el jazz, por el legado que ha dejado su trabajo incansable en la recuperación de la memoria histórica de aquellos ibicencos y formenterenses que estuvieron en los campos de concentración nazis durante la Segunda Guerra Mundial. Llegó a viajar recorriendo medio mundo para documentar su pérdida y el resultado quedó reflejado para siempre en el libro Eivissencs i formenterers als camps nazis, editado en el año 1995 y galardonado con el Premi de la Nit de Sant Joan de l'Institut d'Estudis Eivissencs.

Además, Lluy fue más allá y se atrevió a estudiar el exilio de los republicanos pitiusos en distintos territorios de América en su libro Visca Cárdenas!, que vió la luz en el año 2001. Desgraciadamente falleció a la edad de 48 años víctima de un cáncer dejando como gran legado una publicación póstuma, Els nostres deportats: republicans de les Balears als camps nazis, editado en 2013 por Documenta Balear. Su viuda, Elena González repasa para Periódico de Ibiza y Formentera su trayectoria, su trabajo, su legado y opina sobre lo que pensaría sobre la situación que vive actualmente España, Europa y buena parte del mundo.

¿Qué hubiera pensado Xicu Lluy de unas jornadas como las que se inauguran hoy en la biblioteca de Can Ventosa?
—A esta pregunta sólo podría contestar él mismo. Xicu dedicó gran parte de su vida a rescatar la memoria de las víctimas pitiusas del horror nazi, que aquí no eran judías. Los formenterenses e ibicencos que acabaron en los campos de concentración no lo hicieron por judíos sino por republicanos, por rojos, aunque algunos ni siquiera tuvieran ideología política. Pescadores, campesinos, trabajadores manuales... que lucharon en defensa del gobierno emanado de las urnas en España y contra la barbarie nazi en Europa.

¿Su legado es el de alguien que reivindicó la importancia de la memoria para no cometer los mismos errores?
—Xicu siempre estuvo con todas las víctimas de los fascismos y el nazismo y consideraba que reivindicarlas, acabar con los largos silencios, era un deber de presente y futuro de la sociedad. No nos podemos cansar de ver las imágenes de campos de concentración como el de Auschwitz y no podemos permitir que se repitan. No podemos considerar los movimientos neonazis y el auge de la ultraderecha como algo normal. Creo que él no sólo hubiera apoyado firmemente y aplaudido estas jornadas sino que también estaría sentado en primera fila para no perderse una coma, y agradezco sinceramente al Arxiu Històric d'Eivissa i Formentera y al Ayuntamiento de Ibiza que las dediquen a su memoria.

¿Es posiblemente la persona que más ha hecho en las Pitiusas por recuperar la memoria de aquellos que no tienen voz?
—No soy yo quien tiene que decirlo. Xicu fue la persona que con un empeño personal e inquebrantable y horas y horas de trabajo, viajes, negativas e insistencias, rescató sus nombres y su historia del olvido cuando un ignominioso silencio rodeaba aún la memoria de los represaliados en la Eivissa. Cuando todavía había miedo en muchas familias a decir que el padre, el tío... había sido republicano y exiliado.

¿Fue básico para normalizar la democracia en esta isla?
—Tal vez puso su grano de arena porque no se puede construir una democracia plena enterrando la memoria de los que han luchado y sufrido horrores para defenderla. Es una afrenta a las víctimas.

¿De dónde viene el interés de Xicu Lluy por este tema?
—Aquí, mejor que responda lo que Xicu Lluy contó en sus libros. «Debía ser el año 1989 cuando adiviné que Llorenç Cobos Lluy fue uno de los reclusos del centro de internamiento alemán de la isla de Aurigny durante la Segunda Guerra Mundial. ¡Qué sorpresa me llevé! El hermano uterino – según el eufemismo usado antes del retorno de la democracia para referirse de una manera menos violenta, aunque igual de humillante, a los hijos nacidos de madres solteras o sin marido legal – de mi padre había formado parte de aquello que se denominaba universo concentracionario del régimen asesino del Tercer Reich. De golpe, este descubrimiento me hizo plantearme una pregunta ingenua: Ah!, ¿pero hubo ibicencos en los campos nazis?». Muchísimos años después del regreso de la democracia a España, el horror nazi era aún cosa de otros en Eivissa porque la memoria de los vecinos que habían sido sus víctimas seguía férreamente enterrada en el olvido y él decidió rescatarla.

¿Hasta dónde llegó con sus trabajos e investigaciones?
—No sé qué contestar. Desgraciadamente Xicu murió antes de poder visitar los campos de concentración nazis y allí como él quería rendir allí un último homenaje a unas personas a las que admiraba profundamente. Dejó bosquejos de libros a medias, hilos de lo que tirar... pero ya al final estaba demasiado agotado y ahora seguir con su legado corresponde a otros.

¿No cree que una figura como la de Xicu LLuy y su trabajo se tendría que estudiar en los institutos y colegios de Ibiza?
—Xicu siempre se reivindicó como periodista. Él daba a conocer las historias pero no las protagonizaba. Lo que se debe estudiar en los institutos y colegios, y es lo que él hubiera querido, son las vidas de aquellos sastres, campesinos, trabajadores o marineros que fueron brutalmente represaliados por defender nuestra democracia. Y es algo que se lo debemos.

Pero es algo que, mientras vivió, nunca les llegó... Nunca tuvieron un reconocimiento...
—Eso es algo que dolió mucho a Xicu. Ver cómo los pocos supervivientes ibicencos de los campos de concentración nazis, a los que conoció y llegó estimar profundamente gracias a sus años de investigación, iban muriendo sin que en su isla natal se les rindiera el reconocimiento que, por ejemplo, Francia sí les dio por haber luchado activamente contra el nazismo. Alguno no regresó nunca y aquí ni siquiera sabemos dónde está enterrado.

¿Qué pensaría Xicu Lluy de la situación que vive nuestro país actualmente?
—Las restricciones para relacionarse decretadas por el Govern para impedir los contagios por coronavirus las llevaría muy mal, porque él era muy alegre y sociable.

¿Y de la situación política a nivel europeo y nacional?
—Si te refieres al auge de la ultraderecha en Europa y la entrada de un partido como Vox en el Parlamento español, no te diría que con miedo porque, de un modo u otro siempre han estado ahí, aunque tal vez menos envalentonados. Xicu era muy consciente de ello y creo que tendría muchas ganas de trabajar y hacer todo lo que estuviera en sus manos para combatirlos. Por la memoria de los que nos precedieron y por el futuro de nuestra democracia, les daría a saco con su pluma. No te quepa duda.

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