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El futuro no es lo que era

| Palma |

Estábamos todos de acuerdo en que internet iba a transferir todo el poder al consumidor quitándoselo al intermediario, al tiempo que suprimiría las diferencias geográficas, convirtiendo al mundo en plano, según la expresión de Friedman.

Un reciente artículo de Shumpeter en The Economist, tanto con aportaciones propias como citando el libro de David Bell de la Universidad Pensilvania “Location is (still) everything”, pone en duda todo nuestro sistema de creencias en este campo.

Las recomendaciones de amigos y conocidos, lo que algunos llaman el boca a boca, siguen siendo el factor mas importante a la hora de tomar una decisión de compra, tanto en el mundo real como en el virtual, y de manera muy especial en el campo del turismo. La popularidad de los productos se expande por la proximidad física y cultural.

Las compañías más dinámicas no hacen distinción en sus planes de márketing entre el mundo físico y el digital, los tratan como complementarios.

No ha habido desintermediación en internet, por un lado la gente está tan confusa con la variedad de la oferta que necesita a alguien de confianza para que le oriente en la elección, y por otra los grandes almacenes, del sector que sea, del mundo físico, en nuestro caso los turoperadores, han utilizado toda la fuerza de la que disponían para acomodarse a la nueva realidad.

Lo que ha ocurrido es que han desaparecido los intermediarios, agentes de viajes, que no aportaban valor añadido a la compra y están sufriendo las OTAS que no han alcanzado el volumen suficiente, pero los turoperadores han apostado por sus propios bancos de camas y las grandes OTAS tienen volúmenes de reservas con los que ni siquiera soñaron las grandes agencias del siglo pasado.
Algunos intermediarios se han vuelto tan potentes en un breve espacio de tiempo que no solo alumbran nuevos negocios, caso de AirBnb, alquiler de casas privadas, sino que consiguen que jugadores del viejo negocio, hoteles, abandonen en sus manos todo el márketing y venta de sus habitaciones por resultarles más barato y efectivo, mientras que viejos conceptos, de nuevo el hotel, son utilizados para sacar rendimiento a las nuevas fórmulas, como es el caso de BeMate, propiedad de una cadena hotelera que hace la competencia a AirBnb.

Así pues el negocio turístico está tan intermediado como antes, pero de diferente manera.

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