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Viajar con niños y sin cochecito

Rosa Sola es la propietaria de la tienda de alquiler de utensilios para bebé. | Gemma Andreu

| Maó |

La idea de negocio nació por su propia experiencia. Rosa Solà es madre de dos niños y sabe perfectamente lo que representa viajar con la familia, sobre todo cuando son más pequeños. Cuna, carrito, mochila portabebés, hamaquita, sillita de paseo, silla de seguridad, calienta biberón y un largo etcétera de electrodomésticos en función de la sofisticación a la que se quiera llegar. En sus idas y venidas constantes entre Ferreries y Barcelona había podido comprobar el engorro de tener que cargar con todos los trastos y la angustia de olvidarse algo en casa. Así nació Mybabystock en verano de 2014, un servicio de alquiler por días de toda clase de artículos infantiles para familias que vienen de vacaciones a Menorca y que no hace falta que tengan que cargar con la casa a cuestas.

En estos dos años de funcionamiento, no solo ha conseguido hacer más cómoda la visita a más de 200 familias con más de 500 artículos alquilados sino que se ha convertido también en un complemento ideal para hoteles y gestores de apartamentos que lo ofrecen a sus huéspedes e incluso para los propios residentes, que acuden a la web de reservas de Mybabystock para proveerse de algún complemento infantil cuando reciben visitas en casa.

FUNCIONAMIENTO. Mybabystock se ha especializado en material de puericultura de 0 a 5 años, con primeras marcas como Casual Play, Chicco, Mc Laren, MaxiCosi o Jané. Los artículos más alquilados han sido cochecitos de paseo, sillitas de coche, cunas de viaje y cunas de madera, sobre todo entre el público británico. “Las familias buscan productos con características específicas y productos de calidad. Desde una mochila de travesía para poder acceder a una playa virgen o recorrer el Camí de Cavalls, hasta una cuna de madera que tenga protector, buen colchoncito y buenas sábanas”, explica esta joven empresaria. Su objetivo desde el primer momento fue focalizarse en un servicio a la carta que aportase comodidad a la familia que planeaba sus vacaciones en Menorca con niños pequeños.

Desde la primera temporada, los hoteles y los apartamentos se convirtieron también en clientes que acudían a Mybabystock porque no podían disponer de una gama extensa de este tipo de artículos infantiles y visualizaron una colaboración que mejoraba la estancia de sus huéspedes. “Los rent a car podrían haber sido un competidor nuestro porque también alquilan algunos elementos como la sillita de coche pero incluso nos contactan para ofrecer más complementos”, detalla Solà. En estos dos años, el 70 por ciento de los alquileres han sido a turismo nacional, un 15 por ciento a extranjeros y un 15 por ciento a residentes.

“En verano es muy habitual recibir amigos en casa y pasa muchas veces que hay que acabar pidiendo favores a vecinos para que presten una cuna, una bañera o cualquier otro artículo. Para evitar estas situaciones incómodas están acudiendo a nosotros”, añade. La entrega la realizan bien en el puerto o aeropuerto, en el lugar de alojamiento o incluso en el almacén que Mybabystock tiene en Maó, desde donde también venden online artículos de segunda mano y outlet. Más de la mitad de los servicios de alquiler se piden con dos meses de antelación aunque también tienen solicitudes sin reserva previa que les llaman porque falta algún complemento.

FUTURO. Su experiencia ha sido tan positiva que después de haber mejorado el verano pasado la web de reservas (el primer año funcionaron gracias al correo electrónico y el teléfono), el siguiente paso que tienen en mente es desarrollar una aplicación móvil para estar al lado del cliente. “Nos gustaría también poder ampliar nuestro negocio a Mallorca y Eivissa porque tenemos claro que un servicio innovador como el nuestro, que busca hacer más placenteras las vacaciones, puede tener sentido en el resto de archipiélago”, comenta Rosa Solà.
De hecho, Solà explica que existen empresas similares en otras ciudades que ha podido conocer en estos dos años. Su contacto con familias también les ha acabado convirtiendo en prescriptores porque acaba siendo habitual que pidan información para conocer mejor la isla con pequeños.

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