Hay que situar España en el mapa de la actividad económica mundial, para una visión útil y básica de contraste con nuestra propia percepción, sesgada por el día a día y por la excesiva proximidad. Un informe del prestigioso World Competitiveness Center del IMD (Institute for Management Development) de Lausanne, titulado “World Talent Report” 2016, y elaborado como herramienta de información para empresas internacionales, establece un ranking de 61 países a base de un mix de tres componentes: inversión/desarrollo, atractivos y facilidades para el trabajo.
España ocupaba el lugar 32, mientras que el primer lugar lo ocupaba Suiza, seguida de Dinamarca, Bélgica, Suecia y Holanda. En el desglose por componentes España obtenía en “inversión/desarrollo” el lugar 29 y en “atractivo” el 28, siendo ambos puestos aceptables. Sin embargo, en “facilidades para trabajar” era el 45, lo que era una mala valoración (al estar cerca del 61, último lugar). Desde que se inició la serie en 2007, España ha empeorado del lugar 38 al 48 en 2012, mejorando algo a partir de 2014 (45) y 2015 (39), pero en la edición de 2016 España ha mejorado su ranking mundial (32), que se analiza desglosando los factores de estos componentes.
El primer componente de “inversión/desarrollo” (29) tenía un factor muy favorable que era “infraestructura sanitaria” (10), el mejor ranking de todos los factores españoles del informe. El de “inversión en educación” se situaba en un modesto lugar (35), mientras que el de “desarrollo del aprendizaje” ocupaba un pésimo lugar (51) y el de “formación de empleados” (61), el último lugar de todos los países. En “inversión/desarrollo” el primer puesto era para Dinamarca y el segundo para Bélgica.
El segundo componente de “atractivo” (28) tiene un factor muy bueno, el índice del coste de vida (19), que iguala la “presión fiscal efectiva por IRPF”, pero otros factores salen muy mal parados como la “atracción/retención de talentos” (58) y la “motivación laboral” (51). La “calidad de vida” se sitúa en un aceptable lugar (21), que iguala la “remuneración de los directores”. En “atractivo” el primer puesto era para Suiza y el segundo para EEUU.
El tercer componente de “facilidades para trabajar” (45) mostraba un factor favorable para los trabajadores cualificados (20), pero en cambio el “aumento de la población laboral” (55) era el peor valorado (relacionado con el alto nivel de desempleo ocasionado). Además, estaban en pésimo lugar los factores de deficiencias en “dominio de idiomas” (54) y en “educación universitaria” (51). En “facilidad para trabajar” el primer puesto era para Singapur y el segundo para Suiza.
Aun siendo un informe que no abarca todos los aspectos de la economía española, es merecedor de gran atención el componente relativo al mercado de trabajo (el punto más débil de España), dado que, además de la faceta visible del paro, desvela otros aspectos negativos no tan obvios del mercado.