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Coordinar investigación y ejecución

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Vamos a manejar indistintamente tareas, puestos, métodos de trabajo y perfiles; todo ello relacionado con investigadores y profesionales, conociendo las divergencias entre unos y otros con el objetivo de aumentar la cultura competitiva de la empresa.

La evolución de conocimientos y hábitos nos podría llevar a la coherencia de resultados; a conocer las ventajas y desventajas de los enfrentamientos y aumentar la capacidad de innovar; todo ello a base de fomentar la reflexividad, practicar el diálogo, exponer paradojas y contradicciones, saber manejar el contexto histórico, político y cultural; escuchar otras opiniones, debatir teorías, multiplicar las perspectivas, cuestionar el lenguaje y enseñar el espíritu y el método para investigar.

Debemos vigilar para que los vacíos limítrofes que puedan aparecer no creen confusión. Y saber que la complejidad del pensamiento estratégico empresarial puede, y debe apoyarse, en encuadrar el saber dentro de lo comprobable y la reproducción iterativa, eludiendo previamente las trampas que encierran el lenguaje y la conversación, dado que todos traspasamos constantemente la frontera de lo objetivable en la que se mueve el enunciado.

Investigación y gestión. Las conductas, modos de pensar, trabajar, opinar y objetivos a conseguir, por investigadores y profesionales difieren o contrastan con frecuencia. No siempre fue así. Las primeras reflexiones teóricas se llevaron a cabo con Taylor, Fayol y otros coetáneos en la especialidad; después con la profesionalización, regulación de la investigación y de la enseñanza superior, los dos grupos pasaron a ser comunidades diferentes.

Los sistemas o modalidades resultantes de una labor conjunta entre investigadores y profesionales del mundo de la empresa, que simplificamos como ejecutivos, pueden encuadrarse en clasificaciones que ayudan a comprender la actuación de ambas comunidades.

En los sistemas que actúan con una vinculación débil, investigadores y ejecutivos tienen marcos de referencia diferentes para evaluar la oportunidad de una información, los resultados de una investigación o su sentido. Se notan diferencias en los fines que persiguen o en la normativa social temporal. En consecuencia las investigaciones suelen ser de poca utilidad para las empresas.

Si observamos las experiencias en las que se pretende reforzar el vínculo investigador-ejecutivo, la incertidumbre se compensa con el intento de mejorar la utilidad de los trabajos evaluados, por las posibilidades de implementación.

También encontramos cambios en las metodologías de investigación, que facilitan la formulación de hipótesis o en dar la mejor respuesta a los problemas que surjan o incluso cambiando la forma de organizar la investigación, mejorando la accesibilidad para los directivos y los intercambios mediante la eliminación de los vacíos que puedan existir entre las dos comunidades.

Unas primeras conclusiones sugieren contradicciones sobre la brecha o desviaciones en la andadura conjunta, constatando que trabajar con demasiadas divergencias limita el intercambio y a la vez la proximidad limita las alternativas. En consecuencia proseguiremos este debate con otras aproximaciones y con la inclusión de teorías que permitan ir más allá de los criterios puramente científicos.

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