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El confinamiento y la ausencia de turistas hunden Baleares

La temporada turística se inició a mediados de junio y los primeros visitantes fueron recibidos por los trabajadores entre aplausos. | Michel's

| | Palma |

Baleares ha perdido un 40,5% de Producto Interior Bruto (PIB) entre abril y junio con respecto a un año antes debido al confinamiento y a la nula llegada de turistas a las Islas. La caída de la actividad es histórica, nunca vista. El hundimiento de la economía balear es casi el doble que en el conjunto de España y casi el triple que en la Unión Europea.

La estimación que ha ofrecido el Govern de la caída de la actividad económica en el segundo trimestre, del 40,5%, coincide con el confinamiento más estricto -empezó el 13 de marzo- y la progresiva salida de este estadio por fases hasta la nueva normalidad, que se inició el 21 de junio. La economía se hundió, pues fue capaz de generar apenas seis euros de bienes y servicios de cada diez que había producido en el mismo periodo de 2019. El impacto es abrupto en todas las islas, aunque hay siete puntos porcentuales de diferencia. Las Pitiüses son las más afectadas, con un desplome de la actividad del 46,1% en el segundo trimestre, seguidas de Menorca, con una caída del 41,7%, y Mallorca, donde la economía se ha contraído un 39,3%. El retroceso del PIB en el segundo trimestre en toda España es del 22,1% y en el conjunto de la Unión Europea, del 14,1%.

El Govern ha revisado la caída del PIB del primer trimestre, que inicialmente había cifrado en el 6,1%, hasta el 5%. Solo por comparar, el año 2019 se cerró con un crecimiento del 2%, mientras que en el primer trimestre, la llegada de la COVID-19 y el confinamiento decretado en la última quincena bastó para lastrar en cinco puntos la actividad económica de las Islas, mientras que la caída en España y la Unión Europea fue del 4,1% y el 2,6%, respectivamente.

Baleares sufrirá mucho más que cualquier otra comunidad por su especialización en el sector servicios y más en concreto en el turismo. Así se preveía y así se ha confirmado, puesto que Canarias, que también presenta una importante especialización turística, sufrió una caída del PIB del 36,1% en el segundo trimestre.

Cabe decir que la estimación de la caída del PIB balear en el segundo trimestre que hace el Govern, del 40,5% en términos interanuales, es mucho mayor que la que hizo la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef), que cifró la contracción en el 30,1%, la comunidad más afectada pero con una cifra mucho menor.

De acuerdo con los datos del Govern balear, el sector servicios fue el que más se resintió entre abril y junio, con una caída del 43% del Valor Añadido Bruto (equivalente al PIB sin contar los impuestos). La industria se contrajo en las Islas un 31,2% entre abril y junio, y la construcción un 19,5%. Mientras que la actividad del sector agropesquero, pese a las acciones que se llevaron a cabo para potenciar el producto local, disminuyó un 10,3%.

El empleo

El confinamiento, con las escuelas cerradas y toda la economía paralizada excepto las actividades que se consideraban esenciales, tuvo consecuencias sobre el empleo de forma inevitable. La figura de los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) ha evitado la destrucción de muchos puestos de trabajo indefinidos, pero aun así el paro se ha casi duplicado y los trabajadores temporales han sido los más perjudicados. Precisamente, Baleares ha sido la comunidad autónoma donde más trabajadores afiliados han entrado en ERTE, en términos proporcionales.

En pleno mes de agosto, todavía quedaban 58.801 trabajadores con su empleo suspendido. Suponen el 11,6% de los afiliados, lo que sitúa a las Islas como la comunidad que más trabajadores continúan en ERTE seguida de Canarias, con el 11%, debido a la especialización turística. Y es que mientras la actividad que se puede hacer con teletrabajo o la actividad industrial se ha reactivado, el turismo apenas ha despegado, las conexiones aéreas se han resentido y las actividades que requieren contacto entre personas tardarán en restablecerse con normalidad. Al contrario, están a merced de que se descubra una vacuna viable o la situación de la pandemia se pueda controlar.

Hay 52.957 trabajadores en ERTE por fuerza mayor y 5.844 por causas productivas. En el mes de agosto se reincorporaron a sus puestos 27.855 trabajadores y desde el confinamiento han vuelto a trabajar 94.180 personas de las 151.658 que estaban en ERTE a finales de mayo.

Sin embargo, hay que indicar que 475 trabajadores han sido incluidos ya en ERTE por rebrotes.

Con todo, la afiliación a la Seguridad Social en el mes de agosto fue de 513.335 trabajadores. Son 75.685 menos que un año antes, por lo que el retroceso es del 12,85% respecto a agosto de 2019. Si las personas que están en ERTE se contabilizaran como paradas en lugar de como afiliadas, la caída anual de los trabajadores afiliados sería del 22,83% y se habrían perdido 134.486 empleos.

En el conjunto de España, en agosto hubo 18.729.376 personas trabajando, 527.851 menos que en el mismo mes de 2019 (-2,73%).

El paro registrado ha crecido en pleno mes de agosto en 34.912 personas respecto a hace un año, llegando a los 73.753 desempleados en las Islas, con un incremento anual del 89,88% -en agosto de 2019 eran 38.841-. El número de parados es ya tan alto como en los años más crudos de la crisis económica.

En todo el país, el paro afecta ya a 3.802.814 personas, que son 737.010 más que en agosto de hace una año (+24%).

Mientras que los demandantes de empleo ascienden a 208.044, casi cuatro veces más que hace un año (+267,9%). Se incluyen las personas en desempleo, los que trabajan pero buscan otra posición y los trabajadores en ERTE.

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