En el kilómetro 17.4 de la carretera de Sant Joan, se encuentra Can Pere Sord, un agroturismo que aúna silencio, naturaleza y hospitalidad auténtica. Abierto por los Ferrer en 2012 en la finca familiar, el proyecto nació sin experiencia previa en turismo, en plena eclosión del agroturismo rural en Ibiza. «Nuestro objetivo es mantener la herencia ibicenca», dice Pere Ferrer, hijo del propietario.
La finca, una casa del siglo XIX restaurada con mimo, se alza rodeada de jardines coloridos, olivos, pinos, algarrobos y hasta bosque mediterráneo. Los huéspedes pueden recorrer el huerto orgánico y la pequeña granja con caballos, cerdos, burros y aves autóctonas: un estilo rural vivo que sorprende a todos.
Can Pere Sord cuenta con nueve habitaciones únicas, desde dobles estándar con terraza y acceso directo a la piscina hasta suites con bañera de hidromasaje. Todas equipadas con aire acondicionado, minibar y wifi y en las que se han cuidado hasta los más mínimos detalles.
Aunque no hay restaurante formal, los desayunos son un festín ibicenco: sobrasadas, quesos de la isla, zumos naturales, cafés locales y frutas cultivadas por ellos mismos. También ofrecen snacks tradicionales y una pequeña carta basada en productos de la huerta: un modelo fundamentalmente cercano y sabroso.
El hotel tiene piscina exterior para adultos y otra para los huéspedes más pequeños, además de tumbonas. Y es que en Can Pere Sord todo está dirigido hacia el turismo familiar: «Es nuestra apuesta personal. Tenemos servicios para las familias con niños, como, por ejemplo, la granja. Y tenemos también un parque infantil y una piscina exclusivamente pensada para los pequeños».
Desde su apertura, Can Pere Sord ha apostado por no cerrar en invierno: está operativo todo el año salvo en diciembre. Durante la temporada baja, ofrecen paquetes especiales para residentes locales, como el romántico —una noche con desayuno y cena— y el familiar, donde el primer niño se aloja gratis. «En verano nuestros clientes son sobre todo turistas porque son fechas en las que la gente de la isla está trabajando», explica Ferrer, «pero en temporada baja nuestros huéspedes son residentes en Ibiza, que también quieren disfrutar de nuestro hotel». Y es que Can Pere Sord se ha convertido en una excelente opción de escapada habitual tanto en otoño como en invierno.
El entorno de Can Pere Sord es otro de sus puntos fuertes pues permite realizar senderismo, rutas en bicicleta y excursiones por caminos rurales hasta calas de la costa norte. Las conexiones por coche permiten llegar en unos 10 minutos a playas como Cala Xarraca o Benirrás, y en unos 20 a la ciudad de Ibiza.
Can Pere Sord es un refugio rural de esencia ibicenca, perfecto para familias, residentes o viajeros que buscan desconexión y autenticidad. En definitiva, un agroturismo que une tradición, naturaleza, comodidad y calor humano, abierto todo el año para disfrutar de la Ibiza más real.