El rascacielos más alto del mundo, «Burj Dubai», rebautizado como «Torre Jalifa», con 828 metros de altura, fue inaugurado ayer por todo lo alto en el emirato de Dubái, en una ceremonia con un espectáculo de luz, música y fuegos artificiales.
Dubái sacudió al mundo el pasado 25 de noviembre, cuando anunció que había pedido la suspensión del pagos de 26.000 millones de dólares de deudas ligadas a Dubai World y sus unidades inmobiliarias Limitless y Nakheel, desarrolladora de las famosas islas artificiales con forma de palmera.
El primer ministro emiratí, jeque Mohamed bin Rashid al Maktum, mandatario de Dubái, fue el encargado de inaugurar el rascacielos, renombrado «Torre Jalifa», en honor al presidente de los Emiratos Arabes Unidos (EAU), jeque Jalifa bin Sayed al Nahyan.
«La altura exacta del edificio, que desbanca a la que hasta ahora era la torre más alta del mundo, la «Taipei 1001», en Taiwán con 509 metros, era el secreto mejor guardado en los EAU, que finalmente fue desvelado ayer.
El rascacielos, con forma de aguja y 192 plantas, ha costado 1.500 millones de dólares y se ha tardado cinco años en construirlo.
A la ceremonia de inauguración han acudido unos 6.000 invitados, mientras que unos mil agentes se han encargado de velar por la seguridad.
La crisis no impide a Dubai inaugurar el rascacielos más alto del mundo
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