La mayor parte de los países de la Unión Europea respaldó hoy la recomendación de la Agencia Europea para la Seguridad de la Navegación Aérea (Eurocontrol) de reducir el espacio aéreo prohibido a vuelos comerciales a raíz de la nube de ceniza volcánica procedente de Islandia.
Los ministros europeos de Transporte mantienen una videoconferencia con Eurocontrol y la Comisión Europea para evaluar la situación y coordinar una respuesta común, reunión que se ha tenido que prolongar para permitir la intervención de todos los representantes de los estados miembros, según fuentes diplomáticas.
La mayoría de los gobiernos que han intervenido hasta ahora ha apoyado la idea de Eurocontrol de flexibilizar el protocolo europeo de cierre del espacio aéreo sin poner en riesgo la seguridad, añadieron las fuentes.
La agencia europea se mostró hoy a favor de adoptar un nuevo «modelo híbrido» de evaluación del riesgo más flexible, similar al estadounidense, que combine responsabilidades de las autoridades nacionales y de las aerolíneas.
Quedaría prohibido, por tanto, volar en una «zona roja», un área concreta más limitada hasta que la nube se disipe -una decisión que depende de las autoridades nacionales-, mientras que se permitiría a las aerolíneas decidir si quieren prestar sus servicios en áreas menos contaminadas fuera de esta primera franja vedada.
Las compañías aéreas que opten por reanudar los vuelos en esos espacios deberán reforzar los controles posteriores al vuelo para asegurarse de que se respetan los niveles de seguridad necesarios.
La Comisión Europea recalcó que se trata de una situación sin precedentes para la UE y que se están siguiendo las pautas marcadas por la Organización Internacional de Aviación Civil (ICAO).
No obstante, reconoció la necesidad de aprovechar mejor el espacio aéreo europeo y coordinar las decisiones de los países para evitar que ciertas áreas menos contaminadas también sigan siendo inaccesibles, siempre que con respeto a los estándares de seguridad.
Esta flexibilización ha estado motivada por las numerosas quejas de aerolíneas y aeropuertos que hablan ya de pérdidas millonarias debido al bloqueo, que hoy suma su quinto día.
La CE investigará esta semana el impacto económico de las medidas con la idea de ofrecer un apoyo adecuado al sector para hacer frente a lo ocurrido.
Aunque Bruselas no ha facilitado de momento cifras concretas, sí ha adelantado que las pérdida superan ya a las que provocaron los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Los ministros de transporte de la Unión Europea están considerando abrir corredores aéreos en parte del espacio aéreo europeo, dijo este lunes el ministro de Medioambiente francés, Jean-Louis Borloo.
«Estamos intentando hacer un análisis realista de riesgos», indicó Borloo en una rueda de prensa previa a una conferencia telefónica entre los ministros de transporte de la UE para resolver la crisis provocada por la nube de ceniza procedente de un volcán de Islandia.
La mayor parte del espacio aéreo europeo ha permanecido cerrado desde el pasado jueves, lo que ha provocado que millones de pasajeros se encuentren varados y la paralización del transporte y de los negocios por todo el mundo.
La erupción volcánica se está "debilitando"
Por otra parte, la Oficina Meteorológica del Reino Unido ha constatado que las erupciones del volcán islandés «se están debilitando», aunque advierte de que el viento del noroeste sigue impulsando las cenizas hacia las islas británicas y el continente.
La Oficina Meteorológica trabaja junto al Consejo de Investigación Natural y del Medioambiente (NERC) para realizar las previsiones sobre la evolución de la nube de ceniza en los cielos del Reino Unido y el noroeste de Europa, que ha provocado el cierre de buena parte del espacio aéreo del continente durante cinco días.
Un avión del NERC realizó este domingo un vuelo de reconocimiento y observó que la ceniza ha llegado hasta el punto más meridional de Inglaterra y ha continuado por el Golfo de Vizcaya casi hasta el norte de España.
La Oficina Meteorológica del Reino Unido es el centro europeo encargado de supervisar la evolución climatológica y las erupciones volcánicas que afectan a la zona comprendida entre Islandia, el Reino Unido y la parte nororiental del Atlántico norte.
Aunque se trata de un área relativamente pequeña, cubre algunos de los pasillos aéreos con más tráfico del mundo.