El Papa considera al fundador de los Legionarios de Cristo, el sacerdote mexicano Marcial Maciel, condenado por abusos sexuales a seminaristas, un «falso profeta» y reconoce que «por desgracia» el caso fue afrontado «con mucha lentitud y retraso», debido a que «estaba muy bien cubierto».
Así lo afirma en el libro-entrevista «La luz del mundo», del escritor alemán Peter Seewald, presentado hoy en el Vaticano, en el que el Pontífice manifiesta que la vida de Maciel (1920-2008) fue «aventurera, derrochada y extraviada».
«Lamentablemente hemos llegado con mucha lentitud y atraso a abordar ese caso, que de alguna manera estaba muy oculto», dice el Papa y asegura que para él Maciel sigue siendo una figura enigmática.
«Por una parte, una vida que se encuentra fuera de la moralidad, una vida de aventuras, disipada, extraviada, y por otra parte, vemos el dinamismo y la fuerza con la que construyó la comunidad de los Legionarios», afirma.
Benedicto XVI recuerda que ordenó una inspección de los Legionarios de Cristo y subraya que, aunque «naturalmente» hay que hacer «correcciones», en término general los legionarios son una comunidad sana, con personas jóvenes que quieren servir con entusiasmo a la fe.
Por ello, agrega, «no se debe destruir ese entusiasmo» por los errores de «un falso profeta».
Según el Papa, hay que darle a esos jóvenes un «nuevo aliento, una estructura nueva para que no caigan en el vacío».