Estonia adoptará el próximo 1 de enero el euro como moneda y se convertirá así en el país número 17 de la eurozona, que contará tras su entrada con 331 millones de habitantes. El Estado báltico ha logrado cumplir los criterios de convergencia exigidos pese la situación económica, pero se adhiere a la moneda única en su momento de mayor crisis por los problemas de deuda. El tipo de cambio irreversible se ha fijado en 15,6466 coronas estonias por un euro.
Pese al éxito de la entrada en el euro, el comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, ha recomendado a las autoridades de Estonia que prosigan con políticas presupuestarias y macroeconómicas sanas y estables para evitar que surjan desequilibrios y aprovechar las ventajas de la moneda única.
Para entrar al euro, Estonia ha encargado alrededor de 45 millones de billetes y 194 millones de monedas, que le han sido suministrados por el Banco Central y la Moneda de Finlandia.
El Banco Central de Estonia comenzó a alimentar los bancos comerciales con billetes desde mediados de noviembre. Para las monedas, este proceso se inició a mediados de septiembre. Desde el 1 de diciembre, todos los comercios y empresas que han firmado un contrato específico con su banco recibieron también euros.
En la misma fecha empezaron a venderse 600.000 kits de monedas de euros para que los ciudadanos las tuvieran antes de la fecha oficial de paso a la moneda única.
Durante las dos primeras semanas del año, la corona estonia y el euro circularán en paralelo. No obstante, se ha pedido a los comercios que devuelvan desde el principio el cambio en euros para acelerar la transición y reducir su coste.
Para tranquilizar a los consumidores preocupados por subidas de precios y posibles abusos en el periodo de transición, comercios, bancos y autoridades locales han firmado un acuerdo en el que se comprometen a no subir los precios sin justificación durante el periodo de transición. Bruselas recomienda que esta iniciativa se extienda también a las pymes.
Según el Eurobarómetro de septiembre de 2010, el número de estonios que se considera bien informado sobre el euro (65%) ha aumentado considerablemente respecto a mayo (+15 puntos).
Criterios de convergencia
La decisión de aceptar la entrada de Estonia en el euro se adoptó en julio tras constatarse que el país cumple todos los criterios necesarios. Por lo que se refiere a la inflación, entre marzo de 2009 y marzo de 2010, la tasa media de Estonia fue de -0,7%, muy por debajo del valor de referencia fijado en el 1%. Además, Bruselas cree que esta estabilidad de precios es sostenible.
En cuanto a las finanzas públicas, el déficit se situó en el 1,7% del PIB en 2009, pese a una caída del crecimiento sin precedentes. La deuda pública ascendió en 2009 al 7,2% del PIB, muy por debajo del límite del 60%, y se mantendrá más o menos a este nivel aunque aumentará ligeramente de aquí a 2013.
El criterio de los tipos de interés a largo plazo no se aplica directamente en el caso de Estonia porque no dispone de obligaciones a largo plazo, o de otros títulos comparables, para evaluar el carácter sostenible de la convergencia de tipos con la eurozona, según explicó la Comisión.
Por lo que se refiere al requisito de tipos de cambio, Estonia participa en el mecanismo de cambio europeo (MCEII) desde el 28 de junio de 2004. En el periodo de dos años que concluyó el 23 de abril de 2010, la corona estonia no ha conocido graves tensiones ni ha superado los márgenes del MCEII desde su entrada en el mecanismo.
Finalmente, la legislación estonia en materia monetaria es compatible con el derecho de la UE.
El euro se lanzó en 1999 con la participación de 11 países: España, Bélgica, Alemania, Irlanda, Francia, Italia, Luxemburgo, Países Bajos, Austria, Portugal y Finlandia. La primera ampliación se produjo en 2001 con Grecia. Los billetes y monedas empezaron a circular en 2002. En 2007 se sumó Eslovenia, en 2008 Chipre y Malta y en 2009 Eslovaquia.