Los países de la OTAN se comprometieron ayer a estar en Libia todo el tiempo que requiera su misión para proteger a la población civil y dotarla de los recursos necesarios, pero desoyeron por el momento los llamamientos de Francia, Reino Unido y la propia Alianza para aumentar su participación militar.
Londres y París llegaron ayer a la reunión de ministros de Exteriores celebrada en Berlín reclamando a sus socios más aviones para atacar objetivos terrestres del régimen de Muamar el Gadafi, un trabajo que principalmente desarrollan ahora sus fuerzas.
Las autoridades militares de la propia Alianza reconocieron a su vez que querrían ver más de estos aviones participando en los bombardeos, según comunicó a los ministros el comandante supremo de la OTAN en Europa, el general estadounidense James Stavridis.
Nada concreto
Sin embargo, la petición ha sido por ahora inútil, pues no se ha recibido ninguna oferta concreta, según admitió el secretario general aliado, Anders Fogh Rasmussen. El danés, sin embargo, se mostró «confiado» en que los países responderán al llamamiento.
Respecto a la participación española, el Consejo de ministros aprobará hoy la petición de prorrogar durante dos meses la misión de los cazas F-18 que participan en la misión de exclusión aérea, solicitud que enviará al Parlamento para que dé el visto bueno preceptivo.