El Fondo Monetario Internacional (FMI) alertó hoy de que la crisis de deuda en la zona euro amenaza no solo a Europa sino a la recuperación global, y pidió esfuerzos más «sistemáticos» para restaurar la confianza en los mercados.
«El contagio podría ser amplio si las tensiones en los países de la zona euro en crisis se trasladan a otros miembros», añadió el FMI, que insistió en que «los retrasos en la resolución de las crisis podrían ser costosos para la zona euro y la economía global».
Luc Everaert, responsable de políticas para la zona euro del FMI, declaró hoy en una rueda de prensa telefónica que la prioridad de la región debe ser «hacer frente a la crisis», algo «muy importante», dijo, para evitar contagios.
Añadió que es necesario un «esfuerzo sistemático al nivel de la zona euro».
«Lo que es bueno para la eurozona también es bueno y esencial para el resto del mundo», afirmó Everaert.
Subrayó que para contener la crisis a los países periféricos y evitar que los problemas se extiendan a otras grandes economías como Italia y España es necesario una «rotunda implementación» de los programas de reforma en Grecia, Irlanda y Portugal.
El alto cargo del FMI hizo hincapié en la necesidad de incrementar los recursos del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (EFSF) para ayudar a países con problemas de financiación y hacerlo más flexible.
Everaert destacó que es preciso, además, «clarificar» cuanto antes la participación del sector privado en la solución de la crisis, y señaló que habrá que dar pasos adicionales para reforzar la disciplina fiscal.
Además, consideró que la zona euro necesita mejorar su gobernabilidad y actuar de forma más coordinada en cuestiones como la supervisión.
Los 24 integrantes del consejo ejecutivo del FMI que analizaron el lunes el informe anual sobre la economía europea indicaron en un comunicado que es necesario mantener el «apoyo monetario no convencional» tanto tiempo como sea necesario.
Al mismo tiempo, afirmaron que habrá que aumentar los niveles de capital de los bancos más allá de los requisitos de Basilea III.