Trípoli lidiaba ayer con una escasez en el suministro de agua y energía mientras los rebeldes, ahora en control de gran parte de la capital libia, prometieron tomar la ciudad natal de Muamar El Gadafi por la fuerza si las negociaciones fracasan. Ayer fueron apareciendo más evidencias de asesinatos sumarios durante la batalla por Trípoli, que estalló hace una semana.
Un corresponsal de la cadena británica Sky News dijo que había contado unos 53 cadáveres en un almacén quemado, aparentemente de personas ejecutadas esta semana.
Mientras, el CNT libio ha mostrado su confianza en restablecer pronto los servicios básicos dañados en la guerra y en la llegada a Trípoli de 32 barcos con abastecimientos de la coalición internacional de países amigos, entre ellos España, para comenzar la distribución de los suministros esenciales. Necesitan material sanitario, medicinas, comida y agua.
El ministro interino Mahmoud Shaman, responsable de Información del Consejo Nacional de Transición (CNT), aseguró que disponían para su distribución ayer de 30.000 toneladas de carburante para paliar las necesidades inmediatas y aguardaban más suministros desde los barcos fondeados frente a la costa con combustible, agua, alimentos y medicamentos.