A falta de ocho días para las elecciones legislativas, la frágil transición egipcia se tambalea tras los nuevos enfrentamientos en la plaza Tahrir de El Cairo entre manifestantes y las fuerzas de seguridad, que causaron ayer más de medio millar de heridos.
Centenares de manifestantes se concentraron en la plaza, muchos de ellos pertrechados con palos de madera y mascarillas para protegerse del efecto de los gases lacrimógenos, después de que la policía se replegara a las inmediaciones del Ministerio del Interior, cerca de Tahrir.
A los manifestantes se unieron decenas de salafistas, con largas barbas y vestidos con galabiyas (túnicas), que llegaron gritando «Alahu Akbar» (dios es grande) y fueron recibidos con alborozo por los concentrados en la plaza.
Pese a este lema, los eslóganes que más se escucharon en Tahrir fueron «Vete, vete» y «El pueblo quiere la caída del mariscal», en referencia al jefe de la Junta Militar que gobierna Egipto, el mariscal Husein Tantaui.
Y es que todos los presentes en Tahrir no creen que el Consejo Supremo de la Fuerzas Armadas vaya a traer la democracia a Egipto, pese a que está previsto que en ocho días comiencen las elecciones legislativas, que serán los primeros comicios de la era pos Mubarak.
Junta Militar
Tal era la ira por la carga policial de ayer y el descontento por la gestión de la Junta Militar, que muchos manifestantes aseguraron que no iban a abandonar la plaza de noche.
La batalla campal se desencadenó cuando la policía desalojó por la mañana a varios familiares de las víctimas de la revolución que habían acampado desde el viernes en el centro de la plaza.
Poco después, centenares de jóvenes acudieron a Tahrir y se enfrentaron a la policía antidisturbios, que disparó gases lacrimógenos y pelotas de goma contra los manifestantes, quienes a su vez respondieron arrojando piedras.
El primer ministro Esam Sharaf hizo un llamamiento a los manifestantes para que evacúen Tahrir y reabran sus accesos, ahora controlados por brigadas de voluntarios.
Los choques se producen un día después de que decenas de miles de egipcios salieran a la plaza para manifestarse en contra de un documento propuesto por el viceprimer ministro, Ali al Selmi, que reservaría una serie de prerrogativas a la Junta Militar cuando se elabore la futura Constitución.
En ese documento, Al Selmi sugirió, además, que el comité constituyente sea formado por 100 personas, de las cuales solo 20 saldrían del Parlamento, lo que ha enfurecido a la mayoría de partidos.