El Banco Central Europeo (BCE), el Banco de Canadá, el Banco de Inglaterra (BoE), el Banco de Japón (BoJ), la Reserva Federal de EEUU y el Banco Nacional de Suiza han anunciado una serie de medidas coordinadas para garantizar el suministro de liquidez al sistema financiero global.
Los bancos centrales explicaron que estas medidas pretenden «aliviar las tensiones en los mercados financieros y mitigar sus efectos en el suministro de crédito a los hogares y empresas, así como fomentar la actividad económica».
Asimismo, las entidades precisaron que estas acciones coordinadas mejorarán su capacidad de proporcionar liquidez al sistema financiero global.
En concreto, las seis entidades acordaron rebajar en medio punto porcentual el coste de sus actuales líneas de intercambio (swap) de liquidez en dólares, por lo que el nuevo precio, aplicable desde el 5 de diciembre, será el de la tasa del indicador de urgencia de swap del dólar (OIS por sus siglas eninglés) más 50 puntos básicos.
A este respecto, el acuerdo alcanzado amplía la autorización para estas líneas de intercambio de liquidez en dólares hasta el 1 de febrero de 2013.
Asimismo, el Banco de Inglaterra, el Banco de Japón, el BCE y el Banco Nacional de Suiza continuarán ofreciendo subastas a tres meses hasta nuevo aviso.
Como medida de contingencia, estos bancos centrales acordaron también establecer una línea swap de liquidez bilateral para suministrar fondos en cualquiera de sus jurisdicciones y en cualquiera de estas divisas «mientras las condiciones de los mercados así lo aconsejen», añadieron las entidades en un comunicado, donde apuntan que estos acuerdos estarán vigentes al menos hasta el 1 de febrero de 2013.
«En estos momentos no existe necesidad, al margen de en dólares, de ofrecer liquidez en monedas distintas a las locales, pero los bancos centrales juzgan prudente hacer los preparativos necesarios para poder proporcionar este respaldo de liquidez tan rapidamente como surja la necesidad», precisaron.
El BCE explicó que el Consejo de Gobierno decidió en cooperación con otros bancos centrales establecer «una red temporal de líneas recíprocas de swap» que permitirán al Eurosistema facilitar a esos bancos liquidez en euros cuando fuera requerido, así como ofrecer operaciones para captar liquidez en yenes, libras esterlinas, francos suizos y dólares canadienses, además de las ya existentes en dólares.