Al menos cuarenta personas murieron ayer en Siria, la mayoría en los bastiones opositores de Idlib (norte) y Homs (centro), por los bombardeos y disparos de las fuerzas leales al régimen sirio de Bachar al Asad, según un grupo opositor.
Los Comités de Coordinación Local (CCL) informaron en un comunicado de que estas provincias fueron blanco de nuevos bombardeos que causaron la muerte de nueve personas en Idleb y de ocho en Homs, el mismo día en que Damasco rechazó las acusaciones de la ONU de cometer «crímenes contra la humanidad».
Tanques y misiles
El ejército sirio bombardeó de modo indiscriminado la ciudad de Idleb con tanques y misiles, y se escucharon ráfagas de disparos y explosiones que afectaron a numerosas viviendas.
En cuanto a Homs, los CCL calificaron el bombardeo contra esta ciudad de «brutal» y destacaron que por décimo día consecutivo continúan los ataques contra el barrio de Bab Amro, el más castigado por la represión del régimen, entre otros distritos.
El Ministerio sirio de Exteriores rechazó categóricamente las acusaciones vertidas por la ONU de que el régimen sirio ha cometido «crímenes contra la humanidad» desde el inicio de la revuelta en marzo pasado.
En una nota difundida por la agencia oficial de noticias Sana, el departamento encabezado por Walid al Mualem, acusó al Alto Comisionado de los Derechos Humanos de falta de neutralidad y objetividad.
«El Alto Comisionado se ha convertido en un instrumento en las manos de algunos países que tienen como objetivo Siria y que ignoran los crímenes terroristas que perpetran los grupos armados», subrayó.