El ministro de Asuntos Exteriores de Irán, Ali Akbar Salehi, inaugurará mañana las reuniones de expertos previas a la 16ª Cumbre del Movimiento de Países No alineados (MPNA o Noal), que Teherán plantea como una guerra diplomática contra sus principales enemigos, Estados Unidos e Israel.
Para Irán, la asistencia a la cumbre, que se celebrará los días 30 y 31 de agosto en Teherán, del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, pese a la insistencia de los gobiernos de Washington y Tel Aviv para que no acudiera, es «una victoria diplomática», según han reiterado numerosas autoridades.
Para Ban, su presencia en la Cumbre del MPNA, que agrupa a dos terceras partes de los miembros de la ONU, era obligada y, además, aprovechará para tratar con las autoridades de Irán cuestiones como su programa nuclear, el terrorismo, los Derechos Humanos y el conflicto de Siria, según su portavoz, Martin Nesirky.
También la anunciada presencia del islamista Mohamed Mursi, presidente de Egipto, un país con el que Irán tiene rotas las relaciones diplomáticas desde 1979, ha sido una de las bazas diplomáticas aireadas por Teherán.
En total, de los 120 países miembros del MPNA, 108 habían confirmado este sábado la composición de sus delegaciones, de las que 29 estarán encabezadas por jefes de Estado, siete por primeros ministros y nueve por vicepresidentes, mientras que el resto las dirigirán ministros, otros altos cargos o embajadores.
Irán espera también la presencia del resto de miembros, aunque aún no hayan confirmado su delegación, así como de unos 25 observadores e invitados especiales, lo que ha llevado a algunas autoridades iraníes a señalar que «Washington ha fracasado» en sus críticas de que el encuentro se realizara en Teherán.