La policía turca se ha hecho con el control de la céntrica plaza Taksim de Estambul tras irrumpir esta mañana con blindados, en una sorpresiva operación pocas horas después de que el Gobierno anunciara su disposición a negociar las reivindicaciones ecologistas.
Según informó la emisora NTV, los cientos de agentes de la fuerza de intervención rápida que están ahora en la emblemática plaza -a la que no se acercaban desde hace dos semanas-, se enfrentaron a un grupo reducido de personas que les tiró cócteles molotov.
Los policías respondieron con un uso masivo de gas lacrimógeno y chorros de agua a presión, pidieron a los manifestantes que no lanzaran «piedras y botellas» y aseguraron que no iban a desalojar la acampada de protesta del adyacente parque Gezi, sino únicamente a limpiar la plaza y sus aledaños de pancartas.
Los agentes han derribado ya las barricadas levantadas en las calles de acceso a la plaza de Taksim, uno de los principales centros de las fuertes revueltas ciudadanas nacidas de una manifestación de ecologistas para rechazar la remodelación urbanística del parque Gezi de Estambul.
Después de una violenta intervención de la policía, miles de personas se adhirieron a la protesta, que se ha extendido por todo el país, convertida rápidamente en una manifestación contra el autoritarismo del primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, y su gobernante partido AKP (islamista moderado).
En los múltiples enfrentamientos con la policía han muerto hasta ahora tres personas, y varias miles han resultado heridas.
La Plataforma de Solidaridad de Taksim rechazó hoy, en un mensaje de twitter, tanto el uso de cócteles Molotov como de gas lacrimógeno.
Esta intervención policial se produjo después de que el viceprimer ministro, Bülent Arinç, anunciara anoche, en una rueda de prensa, que el primer ministro, Recep Tayyip Erdogan, se reuniría el miércoles con los manifestantes.
No obstante, la Plataforma de Taksim respondió que hasta el momento no había recibido invitación a tal reunión.