Los presidentes de Rusia, Vladímir Putin, y Estados Unidos, Barack Obama, se reunieron hoy en el marco de la cumbre del G20 en San Petersburgo, pero mantuvieron sus divergencias sobre el conflicto en Siria.
«Nos quedamos cada uno con su propia opinión. Pero hay diálogo», afirmó Putin durante la rueda de prensa final de la cumbre en la antigua capital imperial rusa.
Pese a las claras discrepancias, Putin destacó que «fue una conversación sustanciosa, constructiva y afable. En todo caso, en un clima de buena voluntad».
El jefe del Kremlin anunció que acordó con Obama que los jefes de las diplomacias de ambos países, el ruso Serguéi Lavrov y el norteamericano John Kerry, se reunirán próximamente para debatir el problema de Siria.
«Han surgido algunas variantes relacionadas con el posible desarrollo de la situación. Desde luego, en una dirección pacífica de esta crisis».
Al respecto, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, destacó que «las divergencias se mantienen» con respecto a un eventual ataque contra Siria en represalia por el supuesto empleo de armas químicas por parte del régimen de Bachar al Asad.
Debido a las tensas relaciones bilaterales, en la agenda oficial no estaba previsto un cara a cara entre ambos mandatarios en la antigua capital imperial rusa.
De hecho, Obama canceló la visita oficial a Rusia que tenía previsto realizar en vísperas de la cumbre anual del G20 en San Petersburgo, decisión motivada por la concesión por Rusia de asilo al exanalista de la CIA, Edward Snowden.
«Con el presidente Obama ni siquiera tocamos ese tema hoy cuando conversamos. Hablamos sólo de Siria», señaló Putin.