La Comisión Europea (CE) determinó hoy que existen riesgos de que España incumpla el objetivo de déficit del 5,8 % del PIB en 2014, por lo que pidió al Gobierno que tome los ajustes necesarios en el presupuesto del próximo año para garantizar que no haya un desvío.
«España ha hecho grandes esfuerzos para estabilizar sus finanzas públicas y perseguir reformas estructurales para crear el fundamento para un modelo de crecimiento más sostenible y una creación de empleo más robusta», dijo hoy el vicepresidente de la CE y responsable de Asuntos Económicos, Olli Rehn, en rueda de prensa.
Indicó no obstante que el análisis de la CE «indica que el plan presupuestario de España corre el riesgo de incumplimiento de los requisitos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (PEC) -que fija límites para el déficit- para 2014.
Rehn recordó que la CE prevé que España cumpla el objetivo nominal y estructural del déficit para este año, «pero ambas metas están en riesgo para el próximo año».
«Es por ello que España está siendo invitada a hacer algunos ajustes en su proceso presupuestario para alinear sus cuentas con el PEC», explicó el comisario finlandés.
Según fuentes comunitarias, se trata en todo caso de un ajuste «pequeño» de entre el 0,1 % y el 0,3 % del PIB.
En su análisis sobre el proyecto presupuestario de España para el próximo año y las reformas hechas por el país la CE indica que el Gobierno «parece haber tomado medidas efectivas en 2013» para alcanzar el objetivo de déficit del 6,5 % del PIB.
Sin embargo ve «importantes riesgos» de incumplimiento, si los ingresos no entrasen lo suficientemente fuerte en el último trimestre o si los gastos exceden de los límites fijados, sobre todo a nivel regional.
La CE considera además que el plan presupuestario para 2014 no garantiza el cumplimiento del objetivo de déficit -del 5,8 % del PIB- y no se prevé que se logre tampoco la mejora recomendada en la balanza estructural.
España ha recibido dos años más para corregir su déficit excesivo, hasta 2016, con el objetivo de alcanzar el 6,5 % del PIB este año, el 5,8 % en 2014, el 4,2 % en 2015 y el 2,8 % en 2016.
España tiene que hacer una mejora anual del saldo presupuestario estructural del 1,1 % del PIB en 2013, del 0,8 % tanto en 2014 como en 2015, y del 1,2 % en 2016.
Ya en sus últimas previsiones macroeconómicas, la CE pronosticó que España se desviará una décima en 2014 de su objetivo de déficit y 2,4 puntos porcentuales en 2015.
De cara a al próximo año Bruselas explica que el cálculo de que España se desviará en una décima refleja un pronóstico «ligeramente más cauteloso» para el crecimiento nominal y el empleo, lo que implica que habrá un menor aumento de ingresos.
Es más, añade la CE, existen algunos riesgos de implementación, en particular respecto a las medidas de ingresos a nivel regional y la fuerte dependencia de resultados concretos de la lucha contra el fraude fiscal y de la seguridad social.
La CE prevé un crecimiento del 0,5 % del PIB español en 2014, mientras que el Gobierno pronostica un avance del 0,7 %.
Por otra parte, para 2015 y 2016 España «no ha tomado todavía las medidas necesarias para sostener los objetivos de déficit», señala la CE, que también afirma que «se ha hecho algún progreso a la hora de cumplir la parte estructural de las recomendaciones fiscales», es decir las reformas estructurales que tienen impacto fiscal.
En este sentido, califica de «importantes» los cambios previstos en la reforma de pensiones con la introducción del factor de sostenibilidad y la nueva fórmula de indexación, junto con la jubilación anticipada adoptada en marzo.
Sin embargo, la CE critica que España no considere pasos adicionales para fortalecer el cumplimiento estricto del brazo preventivo y correctivo en la ley de estabilidad presupuestaria con las comunidades autónomas.
Tampoco presenta en su programa de partenariado económico planes para una revisión integral de las partidas de mayor gasto, como recomendó la UE, y sobre la revisión sistemática del sistema tributario, como requirió la CE, el Gobierno solo se refiere a las conclusiones de un grupo de expertos que se presentará en febrero.
Respecto a la reforma laboral, Bruselas cree que parece haber fomentado la flexibilidad interna de las empresas y la moderación salarial, aunque estará por ver si impulsará una rápida recuperación de la creación de empleo y menos dualidad.
Por último, en cuanto a la reforma energética, la CE afirma que ésta «parece ser integral y podría eventualmente eliminar el déficit de tarifa y la consiguiente carga para las finanzas públicas»