Ucrania cruza los dedos para que hoy haya un nuevo presidente, ya que la celebración de una segunda vuelta electoral dentro de tres semanas jugaría en favor del boicot de los insurgentes, que «fundaron» ayer una nueva república independiente: Novorossía (Nueva Rusia), no solo para las zonas de Donetsk y Lugansk sino también para otras regiones del sureste ucraniano como Odessa, Jersón, Nikolayev, Dnipropetrovsk y Zaparozhie.
«Paremos la guerra. Elijamos al presidente en la primera vuelta», reza el cartel de la campaña del oligarca Petró Poroshenko, el gran favorito a la victoria, según todos los sondeos.
Si fuera necesaria una segunda vuelta, los rebeldes podrían abortar la votación o las tropas gubernamentales podrían excederse en el uso de la fuerza, lo que daría al Kremlin la excusa perfecta para no reconocer los resultados.
Transparencia
El primer ministro ucraniano, Arseni Yatseniuk, aseguró que las autoridades han hecho todo lo posible para garantizar que las elecciones sean «limpias y transparentes» y acabar con prácticas fraudulentas como el «carrusel»: el traslado de electores para que voten repetidamente en diferentes colegios. Yatseniuk llamó a los ucranianos a acudir masivamente a las urnas y prometió que a los insurgentes ya les queda poco tiempo para aterrorizar a las regiones del este rusohablante.
Ucrania vivió este sábado una tensa jornada de reflexión, debido a los intentos de los rebeldes de frustrar los preparativos electorales, sea secuestrando a miembros de comisiones electorales, requisando equipos electrónicos, urnas y listas de votantes.
Casi 100.000 efectivos del orden se ocuparán de garantizar la seguridad en unos comicios en los que están llamados a votar más de 33 millones de ucranianos, pero esto puede ser insuficiente en los más irreductibles bastiones prorrusos.
En estos momentos, los rebeldes parecen capaces de impedir el ejercicio del derecho al voto a la mitad, como mínimo, de los electores que residen en Donetsk y Lugansk (5 millones), que representan un 14 por ciento del censo nacional.