El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha advertido de que «Hamás pagará un alto precio» por la muerte del niño de cuatro años alcanzado por fuego de mortero este viernes en un kibbutz cercano a la Franja de Gaza.
Netanyahu ha hablado por teléfono con el responsable administrativo local para condenar estos hechos, según 'The Jerusalem Post'. El primer ministro ha prometido que las operaciones contra Hamás en Gaza seguirán «hasta que se cumplan los objetivos de la operación 'Margen Protector'».
El embajador de Estados Unidos en Israel, Dan Shapiro, también ha condenado «en los términos más rotundos» la muerte del menor a través de un mensaje publicado en Facebook. Shapiro ha lamentado este «atroz ataque terrorista» y ha reiterado el «derecho» de Israel a defenderse, «algo que Estados Unidos apoya».
Casi medio millar de niños palestinos muertos
Al menos 469 menores palestinos han muerto en Gaza desde que estalló el último conflicto bélico y centenares de miles necesitan urgente ayuda psicológica y social, informó este jueves la Unicef.
«Están en un estado de trauma», afirmó la jefa de la oficina de Unicef en Gaza, Priscilla Ironside, en una rueda de prensa que ofreció este jueves en la sede de Naciones Unidas en la que hizo un repaso del conflicto que estalló en julio y su impacto en los menores.
Según informó, en las últimas 48 horas han muerto 9 niños más por las hostilidades que enfrentan a palestinos e israelíes, lo que eleva provisionalmente la cifra de víctimas mortales entre los menores a 469, aunque algunos casos más están siendo verificados.
Ironside dijo, además, que cerca de 3.000 niños de Gaza han resultado heridos por el conflicto, y forman una gran proporción de las cerca de 400.000 personas desplazadas en la Franja palestina desde que estalló el conflicto, el pasado 8 de julio.
También dijo que, aparte de los daños físicos, los menores en Gaza están sufriendo de un impacto emocional y psicológico por la pérdida de familiares y los daños de infraestructura en la Franja, entre otras razones.
«Lo único que quieren los niños es tener un sentimiento de seguridad», agregó Ironside.
Explicó que, coincidiendo con las vacaciones de verano, unas doscientas escuelas de Gaza están siendo como refugio para los desplazados por el conflicto, pero muchas de ellas han sufrido daños severos.
Equipos internacionales han asistido a cerca de 3.000 menores por los datos psicológicos que han sufrido, pero todavía se necesita atender a unos 373.000 más, según cálculos de la agencia de la ONU para la infancia.
Recordó que antes del conflicto el 80 % de los pobladores de Gaza requería algún tipo de ayuda.