La Policía australiana cerró este lunes parte del centro de Sidney después del secuestro de un popular café de la zona y la toma de un número indeterminado de rehenes que, según la Policía, no superaría las 30 personas.
Un varón armado, de unos 40 años, mantiene retenidos a los civiles en el «Lindt Chocolate Cafe», situado en la zona financiera «Martin Place» de la ciudad australiana, desde primeras horas de la mañana.
Según Catherine Burn, vicecomisionada de la policía australiana, las autoridades piensan que los rehenes «no superan los 30», entre clientes y trabajadores.
La Policía australiana ha contactado con el secuestrador y asegura que persigue resolver el secuestro de forma pacífica. La subcomisionada de la policía de Nueva Gales del Sur, Catherine Burn, dijo que han estado en contacto con el secuestrador «de varias maneras».
Liberados
Cinco personas han salido, por el momento, de la cafetería. No está claro si de ellas tres personas han escapado o han sido liberados por el secuestrador después de seis horas de cautividad, mientras las autoridades han señalado que la prioridad es probar que están «bien» para después proceder al interrogatorio sobre la situación dentro del establecimiento.
«Dos salieron por la puerta delantera de la cafetería Lindt. Uno por la puerta de incendios. Ellos tenían las manos en el aire. Parecen estar seguros», publicó la reportera Lucy Carter de la cadena local ABC en un mensaje en Twitter.
Casi una hora después, las cadenas de televisión transmitieron imágenes de otras dos mujeres que salían corriendo del local.
«Otras dos rehenes liberadas mientras la Policía nos mueve. El total de liberados es cinco ahora», comentó Carter en otro tuit.
Hechos
«Fui a entrar en la cafetería, pero la puerta estaba cerrada. Nunca está cerrada. Me fijé y vi a gente sentada en el suelo y un hombre con un pañuelo (en la cabeza) y barba andando entre ellos. Entonces fue cuando llegó la policía y los rehenes se pusieron con los brazos abiertos contra los cristales», dijo un testigo al canal «ABC 24 horas».
Dos supuestas rehenes, una mujer que trabaja en el local y una clienta, sujetaron contra el cristal de la entrada una bandera negra con un texto en árabe en el que se lee «No hay otro Dios que Alá y Mahoma es el mensajero de Dios».
La cadena local «ABC» afirma que no es un emblema del Estado Islámico (EI), sino una shahada o declaración de la fe islámica.
Una trabajadora del establecimiento que ha sido secuestrado, cuyo turno comenzaba a las 11 de la mañana, aseguró a la radio que el local suele estar lleno a estas horas.
«Es un lugar en el que siempre hay gente. A muchos los veo todos los días, son como una familia. Es bueno que no esté allí, dentro con ellos. Pero, por otra parte, me gustaría estar allí y decirles 'todo va a salir bien'», dijo la trabajadora.
La Policía australiana ha cerrado parte del centro de Sidney y evacuado a los residentes como medida de precaución, a la par que intenta contactar con el secuestrador y los rehenes.
Decenas de policías preparados para intervenir y miembros de la brigada para desactivación de explosivos rodean el edificio donde se encuentra la cafetería a la espera de ordenes o nuevos acontecimientos.
Las autoridades, además, rastrean a fondo la Casa de la Ópera de Sidney, marcada como objetivo por Al Qaeda, en busca de posibles artefactos explosivos.
El primer ministro de Australia, Tony Abbott, expresó su cautela al referirse al secuestro e instó a los australianos a seguir su día a día con normalidad.
«Desconocemos sus intenciones o si es un incidente con motivaciones políticas, a pesar de que hay indicadores que apunta a ello», declaró Abbott en una breve comparecencia de prensa en la que evitó pronunciar la palabra «terrorismo».
El mandatario australiano alabó la «profesionalidad» de la Policía al remarcar que las fuerzas del estado están «preparadas» para actuar frente a estos casos.
«Es un incidente perturbador (...) Entiendo la preocupación de los australianos, pero les insto a ejercer la prudencia», sentenció el jefe del Ejecutivo australiano.
Los líderes de la comunidad islámica de Australia han condenado de manera pública el incidente, al señalar que el suceso va contra los preceptos del islam.
Según el experto en seguridad del Instituto tecnológico de Melbourne, Joe Siracusa, el secuestrador iba a alguna parte en la zona -donde se encuentra el Barco de la Reserva o el Parlamento de Nueva Gales del Sur-, le vieron y decidió refugiarse en el café.
«Le ha tocado un mal día y no sabe qué hacer ahora. Suceda lo que suceda sabe que le han atrapado, así que estará desesperado», señaló Siracusa a la emisora de radio de ABC.
En septiembre pasado, las autoridades australianas elevaron la alerta terrorista a lato por la posibilidad de posibles ataques terroristas a cargo de una sola persona, pequeños grupos o grandes organizaciones.