Un francés que creía que había ganado 5.000 euros en el sorteo de lotería denominado Euromillón del pasado 2 de diciembre recibió una gran sorpresa al enterarse de que en realidad había sido premiado con casi 73 millones de euros.
Se enteró de que era millonario cuando fue a cobrar el boleto premiado a un estanco a finales de la primera semana de enero, momento en el que le indicaron que no se lo podían pagar allí porque lo que le habían tocado eran casi 73 millones de euros.
La historia de este hombre, que no ha querido que se divulgue su identidad, fue contada por la presidenta de Française des Jeux (FDJ), Stéphane Pallez, que en la edición de hoy del diario francés «Le Parisien», precisó que el pago de los 72.971.665 euros se hizo en forma de «varios cheques» en la sede de la empresa de loterías.
El ganador del mayor premio de lotería en Francia en 2014, un padre de familia de Estrasburgo (noreste de Francia), se había abonado a jugar durante un mes dos veces por semana a razón de 2,5 euros en cada ocasión con una parrilla en la que es una máquina la que elige por la persona los números de la suerte.
Una vez terminado el abono, llegaron las fiestas de Navidad y el hombre no tuvo tiempo de ir a verificar si había conseguido algún premio, según el relato de «Le Parisien», hasta que ya entrado enero -y cuando quedaban tres semanas del plazo de 60 días para que el boleto caducara- acudió al estanco Rami de la capital alsaciana con la idea de que se llevaría 5.000 euros.
El comerciante que le atendió, sin embargo, le informó de que la cantidad que le correspondía sólo la podría cobrar en un centro de pago de la FDJ.
Y cuando llegó a ese centro, le dijeron que le esperaban, y que en realidad había logrado el séptimo mayor premio en la historia de los juegos de azar en Francia.
Pallez señaló que al entregarles formalmente el dinero, finalmente en la sede central de Bologne Billancourt, en las afueras de París, el ganador y su familia ni se pusieron a saltar ni empezaron a llorar.
«Estaban felices y serenos a la vez» y al recibir los cheques se tranquilizaron, señaló la presidenta de la FDJ, que subrayó que es gente «equilibrada» con raíces en su región.
En cualquier caso, contaron que en primer lugar querían viajar «hasta el fin del mundo», ir a comer a los restaurantes distinguidos con estrellas Michelin y comprarse un coche nuevo, pero no irse de Alsacia.
«Nos gustan demasiado nuestra vida y nuestros amigos como para tirarlo por la ventana», señaló el feliz ganador, que también mostró su intención de ayudar a uno de sus hijos que se quedó sin trabajo estas Navidades.