Volkswagen provisionará unos 6.500 millones de euros para hacer frente a las consecuencias de la manipulación de las emisiones de CO2 de sus vehículos en Estados Unidos y cifra en once millones los vehículos afectados por estas irregularidades.
En un comunicado, la compañía aclara que sus nuevos motores EU 6 en Europa cumplen los requisitos legales y medioambientales establecidos, y se compromete a informar de forma «constante y transparente» acerca de sus investigaciones sobre la alteración de datos sobre emisiones.
La compañía indica que la provisión tendrá efectos sobre la cuenta de pérdidas y ganancias del tercer trimestre del año, lo que afectará a los resultados del conjunto del ejercicio. Como las investigaciones están abiertas, la cantidad podría quedar sometida a revisión.
Investigación
Volkswagen está «trabajando a toda velocidad» para aclarar las irregularidades acerca del software utilizado en sus vehículos estadounidenses, afirma el comunicado, según el cual los nuevos vehículos con motores EU 6 diésel disponibles en Europa cumplen con los requisitos.
Pasadas las 14.30 horas de ayer, las acciones de la compañía registraban caídas del 19,52 %, hasta 106,4 euros. A la hora del cierre, perdía el 19,82 %, el mayor descenso de su historia.
Tras conocerse el escándalo, el ministro francés de Finanzas, Michel Sapin, defendió la necesidad de realizar una investigación «a escala europea» sobre el cumplimiento por los fabricantes de vehículos de las reglas contra la contaminación.
«Es importante tranquilizar», afirmó en una entrevista a la emisora de radio Europe 1 Sapin, que consideró que la investigación no tiene que limitarse a Volkswagen.
A continuación puntualizó que no hay ninguna «razón particular para pensar que los constructores franceses se han comportado como Volkswagen».
Justificó que los controles se hagan en territorio europeo, puesto que tanto el mercado como las reglas de contaminación son europeas.
Y sobre todo, insistió en que la contaminación del aire es una cuestión «muy importante», ya que se trata de evitar que la gente «se envenene».
Sería peor que los hubieran fabricado con defectos en el sistema de frenado, luces, limpiaparabrisas o la dirección. Me temo que la cosa del medio ambiente no es tan grave como nos quieren hacer creer. Los poderes públicos y mediáticos ahora actuan de la misma manera que los curas de antaño, que asustaban a la gente con el purgatorio o el infierno porque todo les parecía pecado. Otro bulo que pretenden que la gente se lo crea es que los coches de ahora son más seguros que los de hace 40 años. La seguridad de un vehículo depende mucho más de quien lo conduce que de otra cosa. Si un 600 pasa la ITV y lo conducen con prudencia es más seguro que un BMW de 200 CV que lo lleva un jovencito de 18 años, novato, una noche de sábado después de salir de marcha.