La policía alemana informó este viernes del ataque con piedras y petardos de un grupo de unas 30 personas contra un autobús lleno de refugiados en Jahndorf (este), cuando trataban de acceder a un centro de acogida.
El suceso tuvo lugar ayer por la tarde y, a consecuencia del ataque, el conductor resultó herido en un pie por un petardo, así como un vigilante de las instalaciones, y se rompió una luna del vehículo.
La portavoz de la policía de Leipzig Kathleen Doetsch indicó que varios de los agresores fueron inmediatamente identificados y se investiga un posible delito de alteración del orden público.
Las autoridades locales criticaron el suceso y consideraron que los agresores provenían del exterior, pese a que en esta localidad de 5.000 habitantes ya habían tenido lugar varias protestas contra el centro de acogida de refugiados.
Ayer también se registró un ataque incendiario en un centro de refugiados en Herxheim (suroeste), el segundo en apenas unos días, reconoció la policía local.
El departamento de Investigación de lo Criminal de la Policía federal (BKA) anunció esta semana que, hasta primeros de diciembre, se han registrado en Alemania 817 ataques contra centros de acogida de peticionarios de asilo, ya sean habitados o en construcción, una cifra que cuadruplica la del conjunto de 2014.
Al menos 733 de esos casos, que incluyen desde ataques incendiarios a actos de incitación a la violencia y de propaganda neonazi, se atribuyen a la ultraderecha o de motivación xenófoba.
Alemania ha registrado ya la entrada de un millón de solicitantes de asilo este año, una cifra récord en su historia y cuatro veces mayor que la de 2014, según difundió esta semana el estado federado de Baviera, por el que mayoritariamente entran en el país los refugiados.