Un equipo internacional de científicos ha logrado observar por primera vez las ondas gravitacionales, un fenómeno que predijo Albert Eintein hace 100 años.
«Hemos detectado ondas gravitacionales. Lo hemos hecho». Así lo ha anunciado el director ejecutivo del Observatorio de Ondas Gravitacionales con Interferómetro (LIGO), David Reitze, investigador del Instituto Tecnológico de California (Caltech) ), en una rueda de prensa convocada en el National Science Foundation en Washington DC. Además, ha precisado que las ondas vistas se crearon por la fusión de dos agujeros negros.
Los científicos han podido observar y confirmar de manera tangible la Teoría de la Relatividad de Einstein, que decía que objetos acelerados producen distorsiones del espacio-tiempo que se propagan por todo el Universo. Estas distorsiones son las ondas gravitacionales.
Según apunta el Grupo de Relatividad y Gravitación de la Universitat de les Illes Balears, el único equipo español participante en el proyecto LIGO, la distorsión se produce porque las ondas ensanchan el objeto en una dirección y lo alargan en otra. Este es el modo en que las ondas se van propagando, viajando por todo el espacio a la velocidad de la luz.
Como ejemplo, los expertos plantean el escenario en el que un objeto se encuentra junto a dos agujeros negros en colisión, a una distancia de millones de kilómetros o menos. En esta situación, el objeto se estiraría tanto que quedaría destrozado. Sin embargo, esto sólo ocurre en 'distancias cortas'. Cuando las ondas llegan a la Tierra producen cambios muy pequeños en las distancias, diferencias incluso menores que el tamaño de un protón.
Por ello, el observatorio de ondas gravitacionales, conocido como LIGO, no es como los habituales. No es un telescopio al uso, sino que está formado por dos tubos de vacío que se colocan dirigidos a diferentes direcciones (norte-sur, este-oeste) y que en su interior cuenta con un láser que mide en todo momento su estado. Así, cuando una onda gravitacional pasa por la Tierra, el láser detecta que uno de los tubos encoge, mientras que el otro se hace más largo: el efecto de este fenómeno.
En relación al origen de las ondas, los investigadores han indicado que se forman en algunos de los sucesos más violentos que ocurren en el Universo, como colisiones de agujeros negros, explosiones de estrellas supernova o estallidos de rayos gamma.
Información nueva sobre el universo
Por eso, a través del descubrimiento de las ondas se podrá entender mucho mejor los mecanismos por los que ocurren estos sucesos. Del mismo modo, los expertos han señalado que las ondas ofrecen una información completamente diferente a la obtenida por la radiación electromagnética (luz), que es lo que se usa habitualmente para observar el cosmos, las ondas ofrecen nueva.
Concretamente, apuntan que los mecanismos que las producen son diferentes. Por ejemplo, un agujero negro no emite ningún tipo de luz, pero algunos si que emiten ondas gravitacionales. Eso las convierte en una «herramienta única» para explorar algunos de los objetos más enigmáticos del Universo.
El Grupo de Relatividad y Gravitación indica también que se podrá observar, incluso, lo que ocurrió después del Big Bang, cuando el cosmos no tenía ni un segundo de edad. Esta información no se podría conocer de otra forma, porque el Universo no fue transparente a la luz hasta tiempo después.
Falsa alarma en 2014
En 2014 el equipo de científicos del radio telescopio BICEP2 anunció que había encontrado evidencias de la existencia de estas ondas. Se consideró la noticia científica más importante del año. Sin embargo, meses más tarde, el mismo grupo tuvo que desmentirlo.
La noticia salió a la luz después de que nuevos datos, suministrados por el observatorio espacial europeo Planck, demostrara que el supuesto hallazgo podría haber sudo un error debido al ruido que genera el polvo galáctico presente en la Vía Láctea.