El presidente de Islandia, Guðni Thorlacius Jóhannesson, ha creado recientemente una curiosa controversia, al cuestionar que se ponga piña en la pizza, algo que ha sido contestado por el mismísimo inventor de la pizza hawaiana, residente en Canadá, afirmando que cuando él ideaba esta combinación -amada por muchos, odiada por otros tantos- el político irlandés no había siquiera nacido.
Todo empezó hace unos días, cuando el mandatario escandinavo ofreció una charla en un colegio, que acabó con algunas preguntas sobre sus gustos personales; cuál es el equipo de sus amores y qué opinión tiene de la piña en la pizza, entre ellas, según recoge el portal islandés Visir.
La respuesta de Jóhannesson fue concisa en este aspecto. Para él, la piña en la pizza carece de sentido y daña el resultado final.
La polémica generada fue incrementándose, y el propio Jóhannesson publicó un escrito en su muro de Facebook, aprovechando la situación para criticar el poder ilimitado de los políticos.
«Me gusta la piña, pero no en la pizza. No tengo el poder para crear leyes que prohíban a las personas poner piña en su comida. Me alegra no tener ese poder. Los presidentes no deberíamos tener poder ilimitado. No quisiera tener este trabajo si pudiera crear leyes para prohibir cosas triviales que no me gustan, ni tampoco quisiera vivir en un país donde las leyes se creen así. Para la pizza, recomiendo el marisco», afirmó.