El exdirector de la CIA John Brennan aseguró este martes ante el Congreso de Estados Unidos que el Gobierno ruso «interactuó» con el equipo de campaña del presidente Donald Trump, aunque no pudo confirmar que se coordinaran en sus esfuerzos por minar las aspiraciones de Hillary Clinton en los comicios de 2016.
En una audiencia pública ante el Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, Brennan, que dirigió la Agencia Central de Inteligencia (CIA) entre 2013 y enero pasado, aseguró a los congresistas que Rusia interfirió «descaradamente» en las elecciones presidenciales, con un claro objetivo de «dañar» a la demócrata Clinton y favorecer al actual mandatario.
«Vi información e inteligencia que merecían ser investigadas por la oficina (el FBI) para determinar si esa cooperación o colusión estaba ocurriendo», respondió el exjefe de la CIA ante las preguntas de los legisladores.
«Encontré y fui consciente de la información y la inteligencia que reveló contactos e interacciones entre los funcionarios rusos y las personas estadounidenses involucradas en la campaña Trump», agregó el exdirector de la CIA.
Brennan discutió el asunto con Alexander Bortnikov, jefe del servicio de seguridad FSB de Rusia en agosto pasado, quien dijo que comunicaría las inquietudes de Brennan al presidente ruso, Vladimir Putin, pero alegó que ese tipo de acusaciones por parte de Washington eran de larga data.
«Debe quedar claro a todo el mundo que Rusia interfirió descaradamente en el proceso electoral presidencial de 2016 y que llevaron a cabo esas actividades, pese a nuestras fuertes quejas y advertencias explícitas de que no lo hicieran», afirmó.
Brennan se negó a entrar en detalles, aduciendo que esa información fue clasificada.
Preguntado por la presunta revelación de información altamente clasificada por parte de Trump a altos funcionarios rusos hace unas semanas, el exjefe de la CIA consideró que el presidente pudo haber roto el protocolo de acción.
Las agencias de inteligencia de Estados Unidos concluyeron en enero que Moscú intentó inclinar la campaña electoral a favor de Trump, incluyendo piratear y filtrar los correos electrónicos de los principales cargos demócratas, una acusación que el Kremlin ha negado.
Asimismo, Trump ha negado cualquier connivencia, pero el FBI y varios comités del Congreso están investigando el asunto, algo que ha cobrado especial interés después de que Trump destituyera de forma fulminante al director del Buró Federal de Investigaciones (FBI) James Comey hace un par de semanas.
El despido inesperado ha elevado las dudas sobre si Trump está tratando de entorpecer las pesquisas que las agencias de inteligencia e investigación están llevando a cabo, un escándalo que ha provocado el nombramiento de un fiscal especial independiente para supervisar el caso.
Así, el predecesor de Comey al frente del FBI, Robert Mueller, fue designado la semana pasada para tal efecto.
Paralelamente, en una audiencia del Comité de Servicios Armados del Senado, el republicano John McCain presionó al director nacional de inteligencia, Dan Coats, sobre las informaciones reveladas este lunes por el diario The Washington Post, que aseguraban que Trump pidió al director de la NSA, Michael Rogers, y al propio Coats, que desmintieran públicamente cualquier vínculo de su campaña con Rusia.
Coats esquivó la pregunta, pero no negó que Trump hiciese la solicitud.
El director nacional de inteligencia informó de que él y Trump «discuten una serie de temas de manera muy regular», pero indicó no creer «apropiado caracterizar las discusiones y conversaciones» que mantiene con el presidente.
A lo largo del día de hoy también testificará de forma pública el propio Rogers en otra comisión del Congreso.