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Coronavirus

Amnistía Internacional critica la «represión» en el ejercicio del periodismo en la pandemia del coronavirus

Amnistía Internacional critica la «represión» en el ejercicio del periodismo en la pandemia del coronavirus | Amnistía Internacional

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Amnistía Internacional ha criticado la «represión» que sufren los periodistas en el ejercicio de su profesión en plena pandemia del coronavirus por criticar la forma en la que los gobiernos gestionan la crisis, algo que han asegurado que dificulta la lucha contra el virus.
«No cabe esperar que se contenga este virus si la gente no puede acceder a información exacta. Resulta realmente alarmante ver que muchos gobiernos están más interesados en proteger su reputación que en salvar vidas», ha afirmado Ashfaq Khalfan, director del Programa de Derecho y Política de Amnistía Internacional, en un comunicado.

La organización ha advertido de que la censura de información esencial sobre la pandemia se ha convertido en un «fenómeno mundial» y ha instado a los gobiernos a contener «su egolatría y dar prioridad a la salud pública», en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.
«Desde los primeros días de esta pandemia, cuando las autoridades chinas censuraron la información de los medios de comunicación y sancionaron a quienes lo denunciaban, periodistas de todo el mundo han puesto en peligro su vida, su libertad y su puesto de trabajo para hacer llegar a la opinión pública información que podía salvar vidas», ha añadido el director de la ONG.

«Información oportuna y exacta»

Desde la organización, han subrayado la importancia de que los ciudadanos accedan a información «oportuna y exacta» de la situación, sin embargo, han criticado que gobiernos de todo el mundo hayan detenido a diferentes profesionales por difundir información.
Como ejemplo, han hablado sobre el artículo de la periodista Elena Milashina en el periódico ruso Novaya Gazeta en el que criticaba la respuesta de las autoridades chechenas a la pandemia. El líder checheno Ramzan Kadyrov llegó a amenazar a la periodista al asegurar que el Gobierno iba a «parar los pies a esas personas inhumanas que escriben para provocar a nuestro pueblo», según recogen desde la ONG.

También, han citado el caso de Níger, donde el periodista Mamane Kaka Touda fue detenido tras haber publicado en las redes sociales información sobre un posible caso de infección; o en Egipto, donde indicado que las fuerzas de seguridad detuvieron al redactor jefe del periódico AlkararPress por cuestionar en sus redes sociales las cifras oficiales de coronavirus.

Amnistía Internacional también ha subrayado el caso de Venezuela, donde un periodista fue presionado para revelar sus fuentes y fue acusado de diferentes delitos por informar de la pandemia. Este es el caso también de periodistas de Turquía o India, aseguran.
«En muchos otros países, como Azerbaiyán, Kazajistán, Serbia, Bangladesh, Camboya, Ruanda, Somalia, Túnez y Palestina, se ha procesado a periodistas por informar sobre la COVID-19», han añadido desde la organización.

Informar sobre abusos
Amnistía Internacional ha asegurado que se ha sometido a muchos periodistas a «hostigamiento, intimidación, agresiones y procesamiento» por informar acerca de abusos contra los Derechos Humanos relacionados con la pandemia.

Asimismo, ha destacado que muchos países han utilizado como pretexto la crisis sanitaria para lanzar leyes contra la difusión de «noticias falsas». «En la mayoría de los casos, se deja al arbitrio de las autoridades determinar qué constituye noticias falsas o desinformación, y estas leyes sirven de enérgica advertencia contra el debate libre sobre la situación», señalan.

«En medio de la pandemia mundial, las autoridades deben tener prioridades más importantes que buscar en Facebook publicaciones que no les gustan», ha sostenido Khalfan.

Por último, el portavoz ha incidido en la importancia de que todas las personas puedan conocer qué es lo que afecta a su salud, como la falta de equipo médico suficiente, así como tener acceso a cifras «fiables». Por ello, ha hecho un llamamiento a que los países intensifiquen sus esfuerzos para asegurar que difunden una información «fidedigna, accesible, contrastada y veraz».

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