El director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom Ghebreyesus, ha avanzado que esta semana se llegarán a los 20 millones de casos registrados y 750.000 muertes de COVID-19 en todo el mundo.
«Detrás de estas estadísticas hay una gran cantidad de dolor y sufrimiento. Cada vida perdida importa. Sé que muchos de ustedes están de luto y que este es un momento difícil para el mundo. Pero quiero ser claro, hay brotes verdes de esperanza y no importa dónde esté un país, una región, una ciudad o un pueblo, nunca es demasiado tarde para dar la vuelta al brote de COVID-19», ha comentado este lunes en rueda de prensa.
Tedros ha insistido en que medidas «fuertes y precisas», como la obligatoriedad de la mascarilla o los confinamientos slectivos, son «clave» para prevenir cualquier resurgimiento del COVID-19 y permitir que las sociedades «se reabran de forma segura». «E incluso en países donde la transmisión es intensa, puede ser controlada aplicando una respuesta de todo el gobierno y toda la sociedad», ha añadido
Así, ha explicado que las cadenas de transmisión se han roto en muchos países «gracias a la combinación de la rápida identificación de los casos, el rastreo exhaustivo de los contactos, la atención clínica adecuada a los pacientes, el distanciamiento físico, el uso de mascarillas, la limpieza periódica de las manos y la tos alejada de los demás».
«Ya sea que los países o regiones hayan eliminado con éxito el COVID-19, hayan suprimido la transmisión a un nivel bajo o se encuentren todavía en medio de un brote importante; ahora es el momento de hacerlo todo, de invertir en los aspectos básicos de la salud pública y podremos salvar tanto vidas como medios de subsistencia», ha agregado.
En este contexto, ha señalado que, en los países en los que se han aplicado estas medidas con éxito, se están reabriendo las sociedades en su conjunto, incluidas las escuelas.
«Todos queremos ver que las escuelas se reabran de forma segura, pero también necesitamos asegurarnos de que los estudiantes, el personal y la facultad estén a salvo. La base para esto es un control adecuado de la transmisión del COVID-19 en la comunidad. Mi mensaje es muy claro: suprimir, suprimir, suprimir el virus. Si suprimimos el COVID-19 de forma efectiva, podemos abrir las sociedades de forma segura», ha valorado.
Mientras los países trabajan para suprimir el COVID-19, Tedros ha instado a «acelerar aún más el trabajo para desarrollar rápidamente y distribuir equitativamente las herramientas adicionales para detener esta pandemia». En este sentido, ha animado a apoyar su iniciativa, el Acelerador ACT, que apoya el desarrollo de vacunas que se encuentran ya en ensayos de fase 2/3.
«Tenemos que ampliar fundamentalmente la forma en que estamos financiando el Acelerador ACT y dar prioridad al uso de nuevas herramientas. Hay una gran brecha mundial entre nuestra ambición para el Acelerador ACT y la cantidad de fondos que se han comprometido. Si bien estamos agradecidos a los que han hecho contribuciones, solo estamos a un 10 por ciento del camino para financiar los miles de millones necesarios para hacerlo realidad», ha señalado.
En este punto, ha puntualizado que esa es solo «una parte de la inversión mundial necesaria para asegurar que todos en todas partes puedan acceder a las herramientas». «Solo para las vacunas se necesitarán más de 100.000 millones euros. Esto suena como mucho dinero y lo es. Pero es pequeño en comparación con los 10 billones de euros que ya han invertido los países del G20 en estímulos fiscales para hacer frente a las consecuencias de la pandemia hasta ahora», ha concluido.