Inglaterra seguirá adelante con los planes para aliviar aún más las restricciones por COVID-19 el 17 de mayo, lo que incluye permitir que las personas se reúnan en ambientes cerrados, gracias a datos favorables sobre infecciones y despliegue de vacunas, dijo el domingo el gobierno.
El país está en proceso de levantar gradualmente su último confinamiento durante un período de meses, en línea con un plan de cuatro pasos presentado en febrero.
Según el Paso 3 del plan, como se describió cuando se anunció por primera vez, se permitirá que las personas se reúnan en lugares cubiertos primera vez en meses, en grupos de hasta seis personas o dos hogares completos juntos.
Los pubs, cafés y restaurantes podrán albergar clientes en el interior, también por primera vez en meses y sujeto a ciertas normas. Otros lugares de entretenimiento, hospitalidad y deportes en ambientes cerrados también podrán reanudar la actividad.
La oficina del primer ministro Boris Johnson en Downing Street dijo que los datos más recientes sobre las vacunas contra el COVID, sobre infecciones, hospitalizaciones y muertes, y sobre el riesgo que plantean las nuevas variantes, se habían tenido en cuenta al decidir avanzar con el Paso 3.
«Los datos reflejan lo que ya sabíamos: no vamos a dejar que este virus nos venza», aseguró Johnson, según el comunicado de Downing Street. «La hoja de ruta sigue en marcha, nuestro exitoso programa de vacunación continúa -más de dos tercios de los adultos en el Reino Unido ya han recibido la primera vacuna- y ahora podemos esperar abrir con cautela pero irreversiblemente».
Johnson proporcionará más detalles en una conferencia de prensa el lunes.
El Reino Unido ha perdido a más de 127.000 personas a causa del COVID-19. Experimentó una devastadora segunda ola que alcanzó su punto máximo a fines de enero, pero desde entonces el número de nuevos casos y muertes ha caído con fuerza.
El domingo, se registraron un total de 1.770 nuevos casos y dos nuevas muertes en todo el Reino Unido. Eso contrasta con la situación durante la segunda ola, cuando el número diario de nuevos casos alcanzó un máximo de más de 80.000, mientras que la cifra diaria de muertos superó los 1.300 en el peor día.