El presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha nombrado al veterano político centrista François Bayrou, líder del Movimiento Democrático (Modem), como nuevo primer ministro en sustitución de Michel Barnier y la ha encargado la formación de un gabinete que, a priori, tiene complicado atraer más apoyos que los logrados por su predecesor.
La Asamblea Nacional tumbó al Gobierno de Barnier en una moción de censura votada el 4 de diciembre y que contó con el respaldo de los grupos de izquierda y de ultraderecha, en un hito inédito en más de medio siglo que dejó paso a una nueva ronda de contactos.
Macron optó en esta ocasión por acercarse más a los partidos de izquierda --a excepción de La Francia Insumisa-- y dejar de lado a la Agrupación Nacional de Marine Le Pen, pero finalmente ha recurrido de nuevo a una figura de su espectro político.
Bayrou, de 73 años y alcalde de Pau, ya ejerció en varias etapas de ministro, la última de ellas durante apenas unos meses en 2017, al frente de la cartera de Justicia.
UNA NUEVA MOCIÓN DE CENSURA
El líder del Partido Socialista, Olivier Faure, tanteado como potencial apoyo, reclamó durante las negociaciones el nombramiento de un primer ministro de izquierda y descartó respaldar a Bayrou, que este mismo viernes había regresado al Elíseo para reunirse durante más de hora y media con Macron y rematar la designación.
«Al elegir a un nuevo primer ministro surgido de su propio ámbito, el presidente de la República elige agravar la crisis política y democrática en la que ha puesto al país desde la disolución de la Asamblea Nacional», ya que «desdeña una vez más la voluntad de cambio expresado el 7 de julio», ha criticado Faure.
El Partido Socialista ha confirmado en un comunicado que no participará en el nuevo Gobierno y ha pedido a Bayrou que no recurra en ningún caso al artículo 49.3 de la Constitución, una prerrogativa que permite al Ejecutivo sacar adelante leyes sin votación de por medio y que terminó costándole el cargo a Barnier.
Dentro del bloque del Nuevo Frente Popular (NFP) de izquierdas, el coordinador nacional de La Francia Insumisa (LFI), Manuel Bompard, ya ha anunciado en redes sociales que volverán a presentar una moción de censura, con vistas a «hacer caer» a Bayrou y, por extensión, a Macron. «Es un nuevo corte de manga a la democracia», ha lamentado.
En cambio, el líder de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, ha aclarado en una primera reacción ante los medios que el nombramiento del nuevo primer ministro no implicará «a priori» una censura automática, pero sí ha recordado que su partido mantendrá las mismas «líneas rojas». «La pelota está en el tejado de François Bayrou», ha sentenciado.
Los recelos opositores contrastan con el aplauso público de los tradicionales socios de Macron, entre ellos el ex primer ministro Gabriel Attal, que ve en el líder de Modem una persona capaz de «defender el interés general y construir la indispensable estabilidad que esperan los franceses».