El Ejército de los Estados Unidos atacó la pasada madrugada otras tres embarcaciones bajo el pretexto de que albergaban sospechas de que pudieran estar transportando drogas desde el Pacífico oriental hasta el país norteamericano. En los ataquen murieron ocho personas, todos ellos varones, a bordo de lanchas rápidas. Este ataque eleva a noventa y cinco los muertos desde que la administración Trump comenzó a poner el foco en este tipo de embarcaciones en el marco de una supuesta operación antidroga.
Medios internacionales apuntan a los ataques como un pretexto para mantener un pulso con Nicolás Maduro, presidente de Venezuela, cuyo subsuelo contiene las reservas probadas de petróleo más grandes del planeta. En este sentido, medios estadounidenses como el New York Times informaban hace dos semanas del indulto que Trump concedió a Juan Orlando Hernández, expresidente de Honduras, condenado en Estados Unidos por introducir en ese país más de 400 toneladas de cocaína a cambio de favores que le llevarían en 2013 a ganar las elecciones hondureñas.
Este 'doble rasero' moral coincide en el tiempo con la clasificación del fentanilo como 'arma de destrucción masiva', lo que permite el despliegue de tropas y uso de armamento militar para combatir la expansión de la droga. Además, en sus redes sociales anunció que el espacio aéreo venezolano debía ser 'cerrado completamente'.
Los bombardeos, calificados por las Fuerzas Armadas estadounidenses como acciones contra «organizaciones terroristas designadas», han desatado intensas críticas por parte de expertos legales y miembros del Congreso. Algunos sostienen que estos ataques a embarcaciones civiles desarmadas podrían incumplir las leyes internacionales sobre conflictos armados. El Mando Sur especificó que las lanchas seguían rutas conocidas de narcotráfico en el entorno de Venezuela y transportaban tres, tres y dos hombres, respectivamente, cuando fueron interceptadas y destruidas.
Estos sucesos recientes ocurrieron días después de que el jefe del Mando Sur, el almirante Alvin Holsey, retirase su mando de forma abrupta. Aunque las razones no han sido completamente aclaradas, fuentes oficiales estadounidenses señalaron que «el almirante Holsey expresó preocupaciones desde el inicio de la misión sobre la naturaleza y escala de los ataques».
A seguir con los relatos, que para eso se está asociado a los fondos de inversiones anglosajones y sionistas.