La clase política catalana y española ha reaccionado unánimemente expresando su profundo pesar por la muerte de Jordi Solé Tura, uno de los padres de la Carta Magna, ex ministro socialista y ex dirigente del PSUC, a quien se elogia como «referente» de la democracia y de la lucha antifranquista.
Solé Tura, que padecía Alzheimer, falleció en su domicilio sobre 12.00 horas de ayer. Inmediatamente se sucedieron las reacciones de dirigentes y ex dirigentes políticos catalanes y españoles, que destacaron su figura como una de las piezas clave de la lucha antifranquista y el proceso democrático.
La noticia, en vísperas del Día de la Constitución, la comunicó públicamente y en primera instancia el presidente del Congreso, José Bono, durante un acto conmemorativo del XXXI aniversario de la Carta Magna.
El presidente catalán, José Montilla, anunció que propondrá otorgarle a título póstumo la Medalla de Oro de la Generalitat: «Jordi Solé Tura no era sólo uno de los nuestros. Era de todos. Su figura no es patrimonio de nadie y lo es de todos los demócratas y catalanistas. Esta es su grandeza», afirmó.
Montilla recibirá hoy a los familiares de Jordi Solé Tura, poco antes de que se instale la capilla ardiente en el Palau de la Generalitat. El féretro llegará poco antes de las 16 horas, cuando está previsto que se abra al público la capilla ardiente.
La capilla estará en el Saló Sant Jordi, donde tradicionalmente se instalan las capillas ardientes de las grandes personalidades catalanas. Estará abierta al público entre las 16 y las 20 horas y mañana domingo de 9 a 12 horas.