La incorporación de Bancaja a la alianza de Caja Madrid con otras cinco cajas pequeñas creará la primera entidad del sector, que necesitará 4.500 millones de euros del erario público, procedentes del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB). La unión de las dos grandes cajas bajo la creación de un Sistema Institucional de Protección (SIP) junto con la Insular de Canarias, Caixa Laietana, y las de Avila, Segovia y La Rioja sumará 340.000 millones de euros en activos, por encima de La Caixa, y será además la segunda entidad financiera por cartera industrial.
La sede operativa estará en Madrid, mientras que Valencia albergará la sede social y la dirección de empresas participadas del nuevo grupo financiero, que con un volumen de negocio de 376.000 millones superará al Banco Santander y al BBVA, aunque quedará detrás de estas dos entidades por volumen de activos.
Reparto de poder
Según fuentes financieras, el reparto del poder pactado inicialmente se repartirá entre Caja Madrid, que tendrá un peso del 58 por ciento, y Bancaja, del 42 por ciento, aunque, una vez se incorporen a esta «fusión fría» el resto de entidades, estas participaciones se diluirán ligeramente. La operación, que aún tendrá que ser aprobada formalmente por los órganos de gobierno de las entidades, supondrá que las siete cajas compartan riesgos y resultados bajo un mismo grupo, que estará participado por todas ellas.
No obstante, cada entidad mantendrá la titularidad y la gestión de las oficinas de negocio bancario minorista ubicadas en sus territorios de origen, así como su personalidad jurídica, órganos de gobierno y competencias de gestión sobre sus obras benéfico sociales. Rodrigo Rato sería el presidente.
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La fusión necesitará de la aportación de 4.500 millones de euros del erario público
Efe |