El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, respondió ayer a las críticas de líder del PP por su ausencia en la misa de Benedicto XVI en Barcelona y dijo que en España no se hacen «las leyes que quiere el Papa», sino las que dicta el Parlamento y la ciudadanía. Mariano Rajoy criticó el sábado, durante un acto de campaña en Tarragona, que Zapatero «no ha estado a la altura» ni en la visita del Papa a España ni en el conflicto del Sahara Occidental, mientras el secretario general de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, también criticó en esta línea hace unos días a Zapatero, según ha recordado hoy el propio líder del PSOE.
«Que no había estado a la altura. Mira que está él a la altura», le replicó Zapatero en un mitin en Viladecans (Barcelona) junto al presidente catalán y candidato del PSC a la reelección, José Montilla. El jefe del Gobierno ha añadido además: «¿Pero qué quiere Rajoy, que hagamos las leyes que quiere el Papa? No, haremos las leyes que quiere el Parlamento y los ciudadanos de este país, para todos y con igualdad».
Compromiso
Zapatero retó ayer al líder del PP, Mariano Rajoy, a que se comprometa públicamente a no volver a hacer nunca más política contra Catalunya, y al de CiU, Artur Mas, a garantizar que, mientras no haya esa promesa, no pactará con el Partido Popular.
El presidente del Gobierno defendió la trayectoria del PSC por considerar que es el partido de la convivencia y aseguró que, frente a las voces que el sábado criticaban que él participara en la campaña (en alusión a Mas), aseguró que irá a Catalunya siempre que le apetezca.
Zapatero lamentó la actitud con Catalunya de «separatistas y separadores» e ironizó con el hecho de que la candidata del PP a la presidencia de la Generalitat, Alicia Sánchez Camacho, dijera el sábado que a Rajoy algunos, como su mujer, le conocen ya como «el catalán» por el tiempo que pasa en este territorio. «Después de todo lo que ha hecho... a buenas horas, mangas verdes», dijo el líder socialista antes de instar a Rajoy y a otros dirigentes del PP a que en la campaña de las elecciones catalanas hagan solemnemente una promesa.
Parece mentira que en pleno siglo 21 las sectas, si, digo sectas, quieran seguir controlando la vida de la gente, lo que deberían hacer es desaparecer de una vez y dejar de incordiar. Lo único que han aportado durante toda su historia es miseria, guerras, conflictos, aniquilaciones de culturas enteras, etc .... Lo más lamentable es que se sigan financiando desde los bolsillos públicos, es una auténtica vergüenza.