La demanda de religión católica en la educación básica ha caído en medio millón largo de alumnos en un decenio, 158.483 en Primaria y 344.668 en Secundaria Obligatoria (ESO), según se deduce de las estadísticas oficiales.
Los últimos datos de las comunidades autónomas publicados por el Ministerio de Educación indican que el 75,5 por ciento de los 2.665.161 estudiantes de Primaria y el 55,3 por ciento del 1.813.572 de ESO del curso 2008-2009 estaban inscritos en la asignatura.
El 23,8 por ciento de Primaria y el 41 por ciento de ESO no cursaban ninguna religión y eran menos del 1 por ciento los matriculados en otras confesiones. El 3,6 por ciento de ESO estudiaban Historia y Cultura de las Religiones.
La demanda de la clase de religión católica llega a ser menos de la mitad en los centros públicos de ESO que en los privados concertados.
LOE
Según los desarrollos de la Ley Orgánica de Educación (LOE), vigente desde 2006, quienes no elijan la materia confesional (católica, evangélica, islámica o judía), que es voluntaria, recibirán la «debida atención educativa» por los centros de enseñanza, que no puede implicar desventaja académica para los que cursen religión.
En ESO, aparte de estas posibilidades, se puede optar por la materia voluntaria y aconfesional Historia y Cultura de las Religiones.
El profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de Navarra Francisco Domingo recuerda que los acuerdos entre España y el Vaticano establecen que la asignatura debe ofrecerse en condiciones «equiparables» a las demás disciplinas fundamentales. Domingo se muestra cauto sobre las estadísticas oficiales, pero reconoce un «goteo» a la baja como expresión, en parte, de la «crisis de valores» y la «comodidad» de la sociedad.
Resalta un descenso del espíritu religioso y padres sin sentido cristiano y autoridad suficientes para matricular a los hijos en religión cuando éstos se resisten, especialmente los de más edad.
Además, lamenta las leyes que «debilitan de forma consciente» la institución matrimonial tradicional y la responsabilidad de los padres en la formación de los hijos.
La secretaria de la asociación de profesores de religión APPRECE, Emma González, lamenta que la religión confesional haya quedado «sin alternativa» en Bachillerato.
No hay quien te entienda, mona-chita. ¿Nervios?. Los tuyos. Te lo repito una vez más. Poneros las gafas de leer. Aquí hay una buena muestra. Los impositores, intolerantes, sois los católicos que no satisfechos con la defensa de su secta intentáis imponer vuestras creencias basadas en vuestra fe a los demás. Y todo con unos planteamientos que no se sostienen desde ningún punto de vista. En cualquier caso los resultados hablan por sí solos. La iglesia católica en los países avanzados está en proceso de extinción. No hay vocaciones sacerdotales, las iglesias están vacías salvo para bautizos, comuniones, bodas y funerales (las fiestecitas y el "por si acaso"), las opiniones medievales de la iglesia levantan mayormente rechazo por parte de la sociedad. Pero ya se sabe. Eso es que la mayoría de la población está equivocada. ¿No?. Razonamiento propio de fanáticos e iluminados. Para despedirme definitivamente de tí te pongo la letra de la famosa canción de Sabina: ...Las doce marcaba el reloj de la sala rendido de sueño apagué la luz cuando oí una fuerte voz que me llamaba y aparecióseme Lucifer. No tiembles de miedo, me advirtió que es falso lo que te han contado los curas de mí. Conozco tus trucos, le dije al diablo, búscate otro fausto y déjame dormir. El cielo que sueñas, contestó enfadado, es un club privado de gente formal yo vengo a llevarte conmigo al país del que nadie ha vuelto jamás. Hizo un gesto con la mano y en el espacio me encontré volando con alas de espuma mirando la tierra a mis pies. Enjambres de estrellas cruzamos veloces mientras en mi oído sonaba su voz. Hace muchos siglos, me dijo, en el cielo hubo una sangrienta revolución. Un grupo de ángeles nos levantamos contra el poder absoluto de Dios como todo vencido conocí el exilio la calumnia, el odio y la humillación. Pero te aseguro que de haber ganado ni muerte ni infierno ni cinco ni dos ni tuyo ni mío ni odio ni trabajo habrían existido ni diablo ni Dios...