El Congreso ha autorizado hoy con el apoyo de todos los grupos, salvo IU y BNG, la participación española en la operación militar en Libia, en un debate en el que el jefe del Gobierno ha defendido la legalidad y legitimidad de la misión basada en «un principio humanitario».
Tras más de dos horas de debate, 336 diputados han votado a favor de la participación española, 3 han expresado su rechazo y ha habido una abstención, por equivocación, de un diputado del PP.
De esta forma el Parlamento ha dado luz verde para que cerca de 500 militares españoles participen durante un mes en el control de la zona de exclusión aérea y tres meses en el embargo de armas, dentro de la operación «Amanecer de la Odisea».
En su intervención, Zapatero, ha afirmado que la operación militar no busca expulsar al coronel Gadafi del país, sino «poner fin a los asesinatos de su pueblo».
Tras indicar que se trata de una «petición prudente» y en ambos casos con plazos prorrogables, Zapatero ha dicho que hasta ahora la misión internacional ha permitido el cese de los ataques indiscriminados a la población.
Ha advertido que «mientras exista el riesgo de que Gadafi vuelva a atacar a su pueblo, aplicaremos la fuerza necesaria para impedirlo».
Tras dejar claro que en ningún caso habrá una intervención terrestre, no ha querido aventurar qué pasos se darán si continúa el régimen, convencido de que los bombardeos, las sanciones y los embargos «van a producir efectos».
«Lo ideal sería el cambio de régimen político, la transición a la democracia como se ha vivido en Túnez y Egipto», ha señalado Zapatero antes de instar a esperar para ver cuánto resiste Gadafi.
Zapatero ha agradecido el apoyo de todos los grupos y especialmente el del PP, cuyo presidente ha afirmado que «no esta claro» que la operación militar internacional contra Gadafi consiga el objetivo para el que fue diseñada: expulsar al líder libio del poder.
En su intervención, Rajoy ha respaldado la misión aunque ha mostrado sus dudas sobre un conflicto que corre el riesgo de convertirse en una «guerra civil» y «enquistarse».
Ha recalcado que su partido apoya la operación, ante todo porque tiene como fin proteger la libertad y los derechos humanos de los libios.
Los tres votos en contra han llegado desde IU (uno) y BNG (dos), cuyos respectivos portavoces Gaspar Llamazares, y Francisco Jorquera, han resucitado el «no a la guerra».
Con emblema del «no a la guerra» en su solapa que se usó hace 8 años para rechazar la guerra de Irak, Llamazares ha reprochado a Zapatero: «Quién le ha visto y quién le ve».
Ha asegurado que el argumento «no son los derechos humanos ni la democracia en Libia», porque ambos principios no se exportan ni se imponen en una guerra.
El final del debate ha estado también monopolizado por el rifirrafe entre Zapatero y Llamazares, quien, recordando a José María Aznar y la guerra de Irak, ha dicho no entender qué ocurre con los presidentes del Gobierno cuando terminan sus legislaturas, que «pierden el contacto con la gente», que es pacifista, y piensan que ya sólo responden ante la historia.
Zapatero ha defendido la «coherencia» de los socialistas, que rechazaron Irak porque no tenía aval de la ONU y apoyaron Afganistán porque sí contaba con ella, como Libia, y ha instado al portavoz de IU a no desfigurar su posición
Por su parte, Jorquera ha expresado que no cree «en la bondad de las intenciones de los aliados» y ha señalado que la operación militar sólo contribuirá a agrandar los problemas, a acentuar la destrucción del país que se dice querer reconstruir y a sumirlo en un estado de guerra permanente, como en Irak y Afganistán.
El portavoz de CiU, Josep Antoni Duran Lleida, ha dicho sentir «vergüenza» de formar parte de una comunidad internacional que ha tomado tarde una decisión sobre Libia y ha censurado el papel de la UE en este asunto.
El portavoz del PSOE, José Antonio Alonso, ha señalado que el uso de la fuerza en Libia no era una opción, sino «una obligación democrática».
UPyD, Coalición Canaria y Unión del Pueblo Navarro han respaldado la participación española para evitar una masacre por parte de Muamar el Gadafi.
El portavoz de Coalición Canaria, José Luis Perestelo, ha calificado de «oportuna y procedente» la petición del Gobierno y ha advertido de la necesidad de que la coalición internacional deje de dar señales de improvisación y descoordinación.
La diputada de UPyD, Rosa Díez, ha dicho que «había que actuar» ante «un exterminio y una masacre como la que se estaba produciendo» en Libia.
Para el portavoz de ERC, Joan Ridao, la comunidad internacional ha dudado demasiado y ha actuado con «tibieza».
Al término del debate, un grupo de personas que ha seguido el pleno desde la tribuna de invitados ha proferido gritos de «no a la guerra» y ha sido desalojado del edificio.
El PP ha aclarado que el único diputado que se abstuvo, Aurelio Sánchez Ramos, lo hizo por equivocación.