Varios dirigentes del PSOE se han mostrado partidarios de que, tras la «estrepitosa derrota» en las elecciones del 22-M, sólo haya un candidato en las primarias para elegir al sustituto del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, como cartel electoral.
Así lo han expresado algunos miembros de la Ejecutiva Federal del PSOE en la reunión celebrada en la madrileña sede de Ferraz, bajo la presidencia de Zapatero, quien ha obtenido un respaldo sin fisuras de su compañeros de partido, según han explicado a Efe varios de los presentes.
Durante casi cinco horas los socialistas han analizado los malos resultados de estos comicios, en los que han perdido algunos de sus feudos más emblemáticos, como Castilla-La Mancha.
Autocrítica
Zapatero ha sido el primero en hacer autocrítica, han señalado las fuentes, y ha asumido en primera persona el fracaso, sobre todo por no haber sabido trasladar a la ciudadanía -ha dicho- las razones de la gestión de la crisis económica y las duras medidas de ajuste que se han tomado.
«Hemos hecho lo que había que hacer, aunque no hemos conseguido transmitirlo». Esa frase resume, según las fuentes consultadas, el análisis de Zapatero, en cuya opinión el PSOE tiene que ponerse a trabajar de inmediato pensando en las elecciones generales.
El vicesecretario general, José Blanco, ha recalcado luego esta idea a la prensa al apuntar que «éste no es el momento de lamentarse, sino de levantarse». Lo que equivale, según palabras de otro dirigente, a «hacer el duelo corto».
Superadas las elecciones y asumida la derrota el PSOE se prepara ahora para enfrentarse a las primarias. Varios de sus dirigentes han apostado por que se presente un solo candidato a estas elecciones internas, cuyo calendario fijará el Comité Federal en su reunión del próximo sábado.
La idea es evitar disputas justo en este momento, después del fracaso histórico y a sólo unos meses de las generales, ya que podría trasladarse a la ciudadanía una imagen de luchas intestinas que no harían sino dañar aún más su ahora deteriorada confianza electoral.
«No creo que tengamos energías suficientes como para peleas internas», señaló un miembro de la Ejecutiva.
Durante la campaña los socialistas han cumplido a rajatabla las instrucciones de Zapatero para que no se hablara de las primarias hasta pasadas las elecciones.