El patriarca de la familia Ruiz-Mateos, José María Ruiz-Mateos, ha asegurado hoy sentirse «orgulloso, feliz y satisfecho» con su obra, y ha añadido que «volvería a hacer el mismo trabajo» para levantar su grupo empresarial, Nueva Rumasa.
Tras leer un comunicado ante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz, Ruiz-Mateos ha reivindicado en unas declaraciones a los periodistas su papel de empresario creador de empleo, aunque ha lamentado la situación de sus trabajadores, algunos de los cuales se han concentrado frente a las puertas del tribunal para abuchear a la familia y exigir responsabilidades penales.
«Me he dedicado toda la vida al empleo», ha declarado el patriarca de la familia, quien ha recordado que empezó con siete obreros y ha conseguido emplear a 100.000 personas.
En relación con los abucheos e insultos que ha recibido la familia por parte de los empleados de Nueva Rumasa concentrados en el exterior de la Audiencia Nacional, Ruiz-Mateos ha asegurado que volvería a emplearlos a todos. «Están ahí (fuera) pero en el fondo son buena gente y necesitada», ha añadido.
Durante su breve comparecencia ante el magistrado del Juzgado Central de Instrucción número 5 de Madrid, que ha durado de las 10.30 a las 10.45 horas, Ruiz-Mateos se ha negado a responder a las preguntas de las partes y se ha limitado a leer el comunicado, que ha tildado de «estricto, riguroso, severo, muy en su sitio».
Tras su declaración, ha entrado en la sala su mujer, María Teresa Rivero, quien fuera presidenta del Rayo Vallecano, que también ha comparecido durante tan solo unos minutos ante el juez Pablo Ruz.
A su salida de la Audiencia Nacional, la Policía ha tenido que proteger tanto a Ruiz-Mateos como a Teresa Rivero, ante los improperios de los inversores y trabajadores, que durante la protesta han gritado consignas como «los hijos a la cárcel y tú a confesarte» (dirigidas a la esposa), «así me veo por culpa de Mateos», «se te tenía que caer la cara de vergüenza» o «devuélvenos nuestro dinero».
Ruz ha solicitado a la familia Ruiz-Mateos que deposite la fianza de 30 millones de euros que les impuso para cubrir la posible responsabilidad civil derivada de los delitos de estafa e insolvencia punible por su gestión al frente de Nueva Rumasa.
El fundador del grupo empresarial, José María Ruiz-Mateos, su mujer, Teresa Rivero, y sus seis hijos varones tienen un plazo de diez días para entregar la cantidad que se les reclama, tras sus declaraciones como imputados de este martes. En caso de que no depositen la cantidad, podrían enfrentarse a una orden de prisión provisional.
En primer lugar, el juez les impuso una fianza de 13 millones de euros, pero dado el aumento de las acusaciones particulares la elevó a 30 millones de euros. Desde entonces, se han ido sumando más inversores en pagarés de Nueva Rumasa, por lo que, no se descarta que Ruz aumente la cantidad.