Los Presupuestos Generales del Estado (PGE), que incluyen un 'tijeretazo' de 27.300 millones de euros, son «duros, desagradables e incómodos, que no gustan a nadie». Así lo ha reconocido el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, que no obstante ha recalcado que el Ejecutivo ha tenido que aprobarlos porque «la alternativa a las cuentas de 2012 era infinitamente peor». Aunque no espera la «ayuda» del PSOE, Rajoy ha defendido que el Ejecutivo ha sido «justo y equitativo» en las reducciones efectuadas y exige a las autonomías que cumplan «gobierne quien gobierne».
Después de que fuese presentado este martes en el Congreso el proyecto de Ley de los PGE para 2012, el presidente del Gobierno ha admitido que las cuentas públicas «no gustan a nadie», pero que el Ejecutivo ha tenido que aprobarlas porque «la alternativa era infinitamente peor».
Ataque al PSOE
Sin embargo, Rajoy ha subrayado que las reducciones del gasto podrían haber sido menores, «si el PSOE -cuando gobernaba- hubiera cumplido su compromiso» con el objetivo de déficit público. «No vamos a tener su ayuda, pero no nos preocupa, porque nos tenemos que dirigir a los españoles, explicándoles siempre la verdad», ha declarado el jefe del Gobierno, que ha presidido en Antequera (Málaga) el Comité Ejecutivo del PP-A, el primero tras las elecciones del pasado 25 de marzo.
A renglón seguido, Rajoy ha cargado contra la actitud del PSOE, cuyas políticas han traído a España «hasta aquí». En este punto, se ha mostrado «sorprendido» de que los socialistas «no hayan comprendido todavía la situación» en la que está el país. «Si el anterior Gobierno del PSOE hubiera cumplido sus compromisos con la UE en cuanto al déficit público, este año los recortes hubieran sido de 18.000 millones menos y en 2013, de 10.000 millones menos», ha manifestado.