El ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo, ha rectificado- las palabras que pronunció horas antes, cuando consideró que Argentina se ha dado «un tiro en el pie» al decidir expropiar el 51 por ciento de las acciones de Repsol en YPF, por la pérdida de confianza que esto generará en los inversores internacionales.
En su comparecencia en la Comisión de Asuntos Iberoamericanos del Senado, García-Margallo ha asegurado que esas palabras fueron una «expresión desafortunada» y ha querido dejar claro que no tenían «ninguna segunda intención», es decir, que no guardan ninguna relación con el accidente del nieto del Rey, Felipe Juan Froilán, que se disparó una escopeta de pequeño calibre precisamente en el pie.
Tras escuchar las críticas de los portavoces del PSOE y del PNV en la Comisión a esas palabras, Juan Andrés Tovar e Iñaki Anasagasti, García-Margallo ha rectificado y ha recordado que él es «monárquico» desde que tenía «16 años».
Expropiación de YPF
Argentina «se ha dado un tiro en el pie» al decidir expropiar el 51 por ciento de las acciones que Repsol tiene en YPF, lo que le puede causar un perjuicio «irreparable», advertía el ministro de Asuntos Exteriores esta misma mañana.
En declaraciones a los medios de comunicación, García-Margallo no revelaba qué medidas tomará España en represalia porque «las medidas no se anuncian, se adoptan», y en este caso las tendrá que adoptar el Consejo de Ministros, si bien hoy mismo ya ha habido una reunión técnica para prepararlas.
Advertía, no obstante, de que «la sanción más efectiva» que Argentina podría recibir en un mundo globalizado como este, «en el que el ahorro y la inversión se desplazan tocando una tecla de un ratón en un ordenador», es «perder la confianza del mundo de las inversiones y perder el ahorro y la inversión que Argentina, como España, necesita para crecer, crear empleo y mejorar el bienestar de sus ciudadanos».
El ministro ha señalado que el Gobierno busca la colaboración de gobiernos amigos como Estados Unidos y los países del G-20 así como la defensa de la UE en la expropiación a Repsol porque éste es un Gobierno «serio, que pesa en el mundo y que tiene la colaboración y amistad de muchos gobiernos amigos, que saben que hoy ha podido tocarle a una empresa española, pero que mañana le puede tocar a cualquier inversor internacional».
Como Repsol es una empresa española, y por tanto europea, «la UE tiene que tomar cartas en el asunto», si bien no ha apuntado en qué sentido.
En opinión de García-Margallo, lo que ha hecho el Gobierno argentino con la expropiación a Repsol es «intentar resolver los problemas del cuarto de hora que viene sin tener en cuenta las consecuencias que esto puede representar para el pueblo de Argentina».
Crédito argentino
«Argentina, en estos momentos, tiene que afrontar unas necesidades de financiación de unos 36.000 millones de dólares, puede que vea cortado el acceso al crédito internacional», ha alertado, por lo que «la presidencia tendrá que explicar cuáles son las consecuencias de haber perdido la confianza, que es la clave del sistema en este mundo, y tendrá que explicar dentro de dos o tres meses que estas medidas sirven para que tengan más energía y a un precio más barato».
García-Margallo ha recibido este mediodía en el Palacio de Santa Cruz por segunda vez en menos de una semana al embajador de Argentina en España, Carlos Bettini, a quien le ha transmitido que la expropiación a Repsol «supone el corte, o por lo menos la desconfianza, en unas relaciones» entre España y Argentina que han sido «realmente fraternales durante muchísimo tiempo».
También le ha advertido de que esta decisión constituye «una mala noticia para España» y una «pésima noticia para Argentina», y en particular para el pueblo argentino, «que es lo que nos debe preocupar a todos».