El Gobierno se ha comprometido a aportar todo el dinero que sea necesario para sanear el grupo BFA-Bankia,lo que le dará su control a través de una participación que se venderá «en el plazo más breve posible, ha dicho el ministro de Economía, Luis de Guindos.
En su comparecencia, a petición propia, en el Congreso de los Diputados, De Guindos ha dicho que el nuevo equipo gestor del grupo deberá renovar los consejos de administración de Bankia y de su matriz, BFA, para que cuenten con profesionales independientes.
La entidad, cuyo saneamiento se estima en unos 7.100 millones de euros, deberá presentar un plan de viabilidad en menos de un mes.
Según ha explicado hoy el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su comparecencia, es necesario que el Estado apoye el saneamiento de Bankia para poder recuperar luego los fondos públicos aportados.
Además, el nuevo equipo gestor deberá renovar los consejos de administración de Bankia y de su matriz, BFA, ya que «la gestión profesionalizada es uno de los requisitos imprescindibles para atraer futuros inversores y garantizar la viabilidad de la entidad».
Pero antes, el nuevo equipo gestor deberá reducir el número de miembros del consejo de administración de Bankia y BFA y renovar a los actuales miembros, en su mayoría políticos, optando por personas independientes para que todos sean «profesionales de reconocido prestigio».
Otra de las tareas del nuevo equipo liderado por José Ignacio Goirigolzarri será presentar un plan de viabilidad en menos de un mes para que el Estado pueda aportar el dinero necesario, después de tomar el control del grupo a través del canje de la ayuda de 4.465 millones que recibió cuando se creó.
Ese plan, que deberá ser aprobado por el Banco de España, recogerá el dinero que necesita el grupo para acometer las nuevas provisiones, que se elevan a unos 7.100 millones, y para permitir que las cuentas de 2011 se firmen «sin salvedades de los auditores», por lo que será clave saber en cuánto cifran el agujero del grupo.
Esto hace pensar que la cifra de los 7.100 millones podría ser un punto de partida, aunque De Guindos no lo ha aclarado y ha incidido en que el Gobierno apoyará «plenamente las necesidades de capital que resulten de dicho plan».
En primer lugar, el Estado canjeará la ayuda de 4.465 millones concedida a cambio de la toma de control de la matriz de Bankia, en cuanto tenga una valoración del grupo y el visto bueno de Bruselas y después aportará el dinero para recapitalizar al grupo.
Mediante una primera ampliación se reforzará BFA mediante una ampliación de capital plenamente suscrita por el Estado, a través del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), y después se recapitalizará también su filial, Bankia, con otra ampliación.
Como en este último caso se trata de una entidad que cotiza, De Guindos explica que en esta ampliación de capital, los actuales accionistas tendrán derecho de suscripción preferente y estará asegurada en su totalidad por la cabecera del grupo BFA, que es quien controla el 45 % de Bankia.
Así, al final del proceso, el grupo BFA-Bankia será «un banco controlado por el Estado y una de las entidades más solventes y saneadas, de forma que pueda aprovechar todo el potencial de crecimiento y rentabilidad de la entidad», ha resumido De Guindos.