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Cospedal califica de «nazismo puro» los escraches, que reflejan «un espíritu totalitario»

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal; el ministro de Industria, José Manuel Soria (d), y el vicesecretario general de Estudios y Programas, Esteban González Pons. | Efe

| Madrid, España |

La secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha calificado de «nazismo puro» los escraches que están sufriendo diversos miembros de su partido y ha asegurado que responden a un «espíritu totalitario y sectario» que recuerda a la España de los años 30.

En un acto de su partido celebrado en Madrid para reivindicar el valor de la política, Cospedal ha asegurado que en aquellos años previos la Guerra Civil y en otros momentos de la historia española «se iba a señalar a las casas a ciertas personas por pertenecer a determinados grupos». «Y decían: están ahí y tenéis que ir a atacar. ¿Pero esto qué es? ¿Qué es esto de tratar de violentar el voto?», ha agregado, para responder: «Esto es nazismo puro».

La dirigente popular ha añadido que «por muy loable» que pueda ser la causa de quienes acuden a estos actos, «pierde todo el sentido cuando se ejerce la violencia». «No refleja más que un espíritu totalitario y sectario y es lo más contrario a la democracia».

María Dolores de Cospedal ha explicado que el PP tiene la responsabilidad de devolver la confianza a los españoles en las instituciones y en la política. «No es fácil, porque algunos están empeñados en que esa confianza no vuelva», ha dicho. «Y no se consigue nada acosando», ha añadido, para aclarar que se niega a emplear la palabra escrache cuando se quiere decir acoso.

A su juicio, es además injusto que se produzcan contra un partido «que por primera vez» se preocupa de los desahucios y que tramita una ley hipotecaria con medidas para evitarlos. «Y hoy se está persiguiendo a aquellos que están tratando de ayudar a los desahuciados por aquellos que antes no hicieron nada», ha agregado.

La secretaria general ha asegurado que el PP quiere «hablar de lo que habla la sociedad», en este caso, la política y la corrupción. Citando a Margaret Thatcher, ha asegurado que el objetivo de un partido político es llevar «armonía donde hay disturbios, la verdad donde hay errores, fe donde hay dudas y esperanza donde hay desesperación». Ha reivindicado estas organizaciones como instrumentos imprescindibles para la democracia y ha advertido del peligro de ponerlos «en la diana».

Un PSOE «seco de ideas»

Vicesecretario general de Estudios y Programas del PP, Esteban González Pons, ha moderado el acto, organizado como un intercambio de opiniones bajo el título de Los políticos no son el problema y que es el segundo de los debates organizados dentro de la campaña 'Juntos podemos'.

González Pons ha asegurado que el PP «es consciente» de la desafección hacia la política y de que debe ser ejemplar. «No somos vecinos incómodos, somos vecinos elegidos, no somos vecinos señalados», ha añadido, en alusión a los escraches que se están produciendo en los últimos días.

A su juicio, parte de lo que pasa es culpa de un PSOE «huérfano de ideas, seco de ideas, que está permitiendo que la calle lidere lo que Rubalcaba no es capaz de liderar en el parlamento», ha dicho. Y ha aprovechado para rechazar la reforma fiscal que está presentado el Partido Socialista. «No se trata de que los que trabajan paguen más, sino que de que trabajen más para que paguen menos», ha dicho, para acusar a los socialistas de presentar como nuevos proyectos que ya habían planteado en el pasado.

El escrache de un diputado

El diputado Antonio Gállego ha tomado también la palabra para pedir «parar más pronto que tarde» los escraches, actos de «lapidación» que requieren «mano de hierro y guante de seda» por parte de las autoridades, a las que ha apelado a intervenir.

«Hace un mes que vivo en el escrache, vivo en Cataluña, y lo estamos pasando muy mal en las últimas semanas. Quiero pedir que el partido esté más firme que nunca. Algunos quieren que no haya políticos, pero no se sale de esta sin políticos», ha dicho.

Su compañero de filas Pablo Casado ha añadido que los escraches forman parte de una «hoja de ruta» contra el PP diseñada por la izquierda y los nacionalistas. «Lo hacen con métodos violentos. No es nuevo», ha dicho. «Es pura ingeniería social. Lo hacen con un fin, recuerdan demasiado a la España o la Alemania de los 30. Lo primero que hay que hacer es cumplir la ley, empezando por la propiedad privada», ha dicho.

Entre los que han tomado la palabra se ha encontrado además un hijo de Manuel Jiménez Abad, asesinado por ETA, o el alcalde de Ezcaray (La Rioja). También Marta Morgadas, concejal del PP en Cataluña en un pueblo de 2.000 habitantes, en el que ha asegurado que se ve a los populares «como un bicho raro, es un problema». Ha asegurado que el caso Bárcenas les afecta «más» allí, por las críticas de los vecinos. «La ley de transparencia se tiene que echar para adelante», ha reclamado.

Complicidad PP-PSOE

En el acto han participado el sociólogo José María Michavila, el exministro Rodolfo Martín Villa y la periodista Isabel Durán, que han expuesto su punto de vista sobre cómo ha evolucionado la apreciación de la política, su desprestigio y el problema de la corrupción.

Martín Villa ha explicado que se está produciendo una reivindicación de la Transición a su juicio «desmesurada», porque también tuvo sus problemas, aunque ha admitido que los ciudadanos echan de menos «cierta complicidad en lo fundamental, al menos entre los dos grandes partidos».

El exdririgente político ha apelado a la complicidad para resolver los grandes retos, desde el económico al sistema electoral. Sobre este último asunto ha defendido que la estructura de los partidos se democratice, ha reclamado su financiación exclusivamente pública y que la Intervención General del Estado «entre en los partidos políticos exactamente igual que en el Ministerio de Agricultura».

También ha asegurado que no entiende por qué los asuntos que deberían restringirse al debate político «se llevan a los juzgados de guardia». «No sé si esto se puede hacer por ley, o por costumbre política, pero algo de eso hay que hacer porque entramos en un contrasentido: hay que restaurar el prestigio de los políticos, pero el debate lo destroza todo. Ahí la complicidad es necesaria», ha insistido.

Por último, ha pedido que se haga «algo con firmeza» con respecto al nacionalismo catalán, también con respecto a la renovación de los órganos judiciales, para evitar la politización del Tribunal Constitucional, y a buscar «otro Senado». Y ha reclamado que se haga todo ello con el acuerdo de otros partidos «aunque alguna de estas cosas con la mayoría absoluta se pudieran resolver».

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