La comunidad de estudiantes Erasmus españoles celebró este sábado movilizaciones en diversas ciudades de Europa para protestar por la incertidumbre en torno al futuro de estas becas, que en el caso de España son actualmente las más bajas de toda la Unión Europea (UE).
Los Erasmus españoles llevaron a cabo protestas simultáneas desde las 11.00 GMT de hoy en numerosas ciudades europeas, entre ellas Berlín, Roma, París, Londres, Copenhague, Budapest, Helsinki, Varsovia o Viena, según anunciaron a través de las redes sociales.
«Las becas Erasmus son sólo la punta del iceberg de toda una serie de medidas injustas aprobadas a golpe de decreto», señaló en declaraciones a Efe el representante de los Erasmus españoles en La Haya, Nacho Vera, que participó en una concentración frente a la embajada de España en esa ciudad holandesa.
El Ministerio de Educación retiró sin previo aviso hace dos semanas la ayuda estatal de este curso a los Erasmus que no fueran beneficiarios de una beca general el año pasado, una medida que luego tuvo que ser abandonada ante las protestas del sector educativo, las Comunidades Autónomas y la Comisión Europea (CE).
Una semana después el ministro de Educación, José Ignacio Wert, apuntaba al recorte que sufrirían las becas Erasmus a partir de 2014 como consecuencia de una nueva normativa europea que reduciría la contribución de la UE al programa.
La CE desmintió tajantemente que la dotación comunitaria fuera a rebajarse y adelantó que el nuevo «programa Erasmus+», que cubre el periodo 2014-2020, prevé de hecho un aumento de su presupuesto, que en el caso de España se traduciría en un incremento del 4,3 % para el primer año.
En Bruselas, los estudiantes se concentraron en la plaza de Luxemburgo, frente al Parlamento Europeo, donde escenificaron la muerte de las becas Erasmus y leyeron un manifiesto contra la política educativa del Gobierno.
«El Gobierno nos ha intentado engañar diciendo que el recorte de nuestras becas viene de Bruselas, cuando sabíamos que las ayudas europeas van a aumentar», señaló a Efe el representante de los Erasmus españoles en Bélgica, Rafael Écija.
«Es bastante ridículo que en cuestión de dos semanas un ministro tenga que decir dos veces 'lo siento me he equivocado'», continuó este estudiante procedente de la Universidad de Granada, uno del medio millar de Erasmus españoles en Bélgica y del total de 40.500 repartidos por Europa.
Un estudiante Erasmus español recibe actualmente 215 euros mensuales, mientras que los participantes en programas de prácticas cuentan con unos 400 euros, entre ayudas europeas y nacionales.
Patricia del Moral, estudiante de Publicidad en Gante (Bélgica), sostiene que aunque la ayuda a los Erasmus es poca «es necesaria, es algo de lo que no podemos prescindir», y asegura que con este apoyo paga la mitad de su alquiler.
La CE precisa que las ayudas comunitarias a los Erasmus a partir del año que viene serán de entre 150 y 250 euros mensuales en función del país de destino, una cantidad similar a la que se concede en la actualidad.
Esa ayuda europea se completa con fondos nacionales, por lo que, si España decide mantener su contribución al mismo nivel que ahora (100 euros al mes), «no habrá reducción en el número de Erasmus españoles», según fuentes de la Comisión.
«Me parece una tristeza que muchas personas vayan a perder la oportunidad de realizar esta experiencia», comentó Carlos Alcalá, estudiante de Psicología en Lovaina, presente en la concentración de Bruselas, en relación a la posible reducción del número de Erasmus.
Los estudiantes se manifestaron también ante la Puerta de Brandeburgo de Berlín, donde desplegaron carteles con frases en inglés ("Save Erasmus», Salvad Erasmus), alemán ("Wir sind auch Europäer», Nosotros también somos europeos)- y español ("No es un lujo, es un derecho").
En Finlandia, se dieron cita en la plaza del Senado de Helsinki y grabaron un vídeo en apoyo de los estudiantes que se movilizarán el 21 de noviembre en España para exigir una educación pública de calidad.
También en Hungría unos 40 estudiantes españoles se congregaron frente la embajada de España en Budapest con tortillas de patata, como símbolo del eslogan «Esta puede ser la última tortilla española que pruebes de Erasmus».