El presidente catalán, Artur Mas, ha publicado un artículo en seis diarios europeos bajo el título ¡Dejadnos votar!, en el que asegura que «cualquier esfuerzo para silenciar o negar la voluntad del pueblo catalán fallará», y estima que la consulta soberanista es una «oportunidad para Europa».
El artículo ha sido recogido a lo largo de este mes de febrero por las cabeceras De Standaard (Bélgica), Capital (Bulgaria), Jutarnji List (Croacia), Politis (Chipre), Postimees (Estonia) y The Malta Independent (Malta), según informa la Generalitat en un comunicado.
En su escrito, Mas resalta que el deseo de los catalanes de votar «no se marchará, aunque se ignore» y advierte de que «cualquier esfuerzo para silenciar o negar la voluntad del pueblo catalán fallará».
«Nadie debe temer a esas simples preguntas (de la consulta), excepto, quizás, aquellos que quieren pretender que los deseos de las personas sean ignorados», señala el presidente catalán, que añade: «Ningún verdadero demócrata puede ignorar o negar el poder de la voluntad popular».
Mas admite que «la relación entre Cataluña y España no es la que debería ser» y que «la respuesta del Gobierno hasta el momento ha sido hostil», pero subraya que la Generalitat «hará lo que pueda para promover una discusión calmada y de sentido común con los estados miembros de la Unión Europea y las instituciones, sobre cómo una elección del pueblo catalán ha de aplicarse».
«No hay duda de que el referéndum del día 9 de noviembre presenta muchos desafíos para Cataluña, España y la Unión Europea, pero no se puede ignorar», defiende el dirigente catalán.
Mas expone que «con calma, buen sentido y una perspectiva política pragmática, el referéndum y cualquier transición posterior son una oportunidad para Europa de volver a demostrar al resto del mundo sus grandes cualidades y capacidades para hacer frente a los desafíos pacíficamente, democráticamente y con el espíritu de libertad que reside en el corazón de nuestra unión continental».
Aún así, reconoce que la «incertidumbre es perjudicial y no sirve a los intereses de nadie», pero confía en que se podrán encontrar «soluciones pragmáticas y creativas», siempre que se parta desde la premisa de que «la voluntad democráticamente expresada de la gente es lo más importante».