El comité de expertos de la reforma fiscal aboga por incrementar progresivamente la imposición sobre el alcohol hasta alcanzar la media de la Unión Europea y consideran la posibilidad de establecer un impuesto a tipo muy reducido sobre el vino, como recientemente se ha hecho en Francia.
En el informe que hoy han difundido sobre sus recomendaciones tributarias este comité de sabios fiscales pide al Ejecutivo que suprima además el impuesto sobre depósitos bancarios y en todo caso que no lo delegue a las comunidades autónomas.
Asimismo, urge a realizar «correcciones» en el actual impuesto sobre las primas de seguros.
El estudio señala que una de las características del sistema fiscal español es el reducido peso de los impuestos medioambientales y su compleja y asistemática regulación actual por lo que pide que se revisen los impuestos especiales, los de las grandes superficies, el canon eólico y el impuesto sobre residuos.
Proponen que se iguale el impuesto que grava las labores del tabaco al de los cigarrillo y en la denominada reforma fiscal verde piden diversificar el impuesto en un gravamen sobre la energía y otro sobre el dióxido de carbono.
También equiparar el tipo del gasóleo al tipo de la gasolina en un período adecuado y utilizar la recaudación adicional para reducir las cargas estatales sobre el factor trabajo.
Los expertos creen que deberían suprimirse las exenciones que tiene el impuesto sobre el carbón, aproximándose sus estructura a la del impuesto sobre hidrocarburos.
En la reforma, incluyen, por otra parte, el pago de tasas por el uso de las infraestructuras de transporte y un nuevo impuesto sobre el uso de vehículos de tracción mecánica.
En Madrid y Barcelona añaden que se podría regular la posibilidad de exigir «tasas de congestión» por la entrada de vehículos al centro de la ciudad.
En cuanto al impuesto sobre la electricidad, piden sustituir la actual base imponible, que prácticamente coincide con el importe facturado, por el número de kilovatios/hora consumidos, de modo que se incentive la eficiencia y el ahorro energético.
Además, solicitan limitar drásticamente las exenciones en este impuesto.
En otro sentido, los expertos solicitan eliminar el impuesto sobre el valor de la producción de la energía eléctrica, compensándose con la pérdida de su recaudación a través de un incremento del impuesto sobre la electricidad.
Asimismo, los expertos creen que deberían suprimirse los impuestos autonómicos sobre grandes superficies comerciales y de servicios porque tienen efectos negativos sobre la unidad de mercado, al igual que los impuestos autonómicos sobre emisiones de dióxidos de carbono, que -en su opinión- también deben suprimirse.
Sin embargo, ven muy conveniente la creación de un impuesto estatal sobre depósitos de residuos de construcción, o peligrosos y que se cedería a las CCAA.
De la misma forma, consideran favorable un nuevo gravamen estatal sobre emisiones atmosféricas distintas del dióxido de carbono, que también deberían aplicar las diferentes autonomías.